Adiós a la Edad Dorada de Apple.
La reina de las tecnológicas necesita mejorar y sorprender con su nuevo lanzamiento. Apple admitió lo que Wall Street llevaba medio año anunciando, el final de un ciclo dorado de crecimiento que la convirtió en la empresa más valiosa en bolsa gracias al éxito del iPhone y el iPad, productos que revolucionaron un mercado donde ahora otros les han empezado a hacer sombra.
El consejero delegado de Apple, Tim Cook, reconoció este martes tras presentar el balance trimestral de su empresa que los números de la tecnológica, a pesar de ser muy solventes, llevan un tiempo sin estar a la altura de las expectativas. Entre enero y marzo, el beneficio neto de Apple fue de 9.547 millones de dólares, lo que supuso un 17.8% menos que durante el mismo período de 2012, mientras que sus ingresos crecieron un 11.2%, hasta cerrar el trimestre en 43.603 millones de dólares.
Lejos han quedado los días en los que las ganancias de Apple se disparaban de año en año, con porcentajes que rondaban el cien por ciento, en medio de un clima de excitación y bonanza comercial que parecía no tocar techo.
«El año 2012 fue un año excepcional. Somos conscientes de que nuestra tasa de crecimiento se ha ralentizado y nuestros márgenes han descendido», afirmó Cook que calificó el desplome paulatino de las acciones de Apple -que han perdido el 40% de su valor desde septiembre de 2012- de «muy frustrante».
Lo cierto es que Apple goza de buena salud, basta mirar su liquidez (145.000 millones de dólares), pero ha perdido su magia.Durante el último trimestre se despacharon 37.4 millones de teléfonos iPhone y 19.5 millones de tabletas iPad, un 6.5 % y un 65.,2 % más que hace un año, aunque los costes asociados con la comercialización subieron un 32% y los márgenes menguaron en 10 puntos porcentuales.
Apple vende más pero gana menos, una situación que refleja la presión que ejercen los competidores, especialmente Samsung y Android, y que ha obligado al equipo de Cook a hacer cosas que al difunto Steve Jobs tan siquiera le pasaban por la cabeza, como, por ejemplo, el iPad mini.
La tableta pequeña de Apple ha terminado por ser un triunfo comercial para la empresa, aunque a costa de entrar en la guerra de precios con sus rivales y sacrificar márgenes. El declive generalizado del mercado de los ordenadores personales también afectó a la venta de Macs, que bajó un 2% durante el último trimestre con respecto a enero y marzo de 2012, cuando los usuarios compraron 4 millones de unidades.
Apple ya tan siquiera incluye los números del iPod en sus informes de resultados. Un aparato que parece condenado a desaparecer devorado por el iPhone, después de ser el dispositivo con el que Steve Jobs dio comienzo a la nueva era de la compañía en octubre de 2001. Cook aseguró hoy que lanzarán «grandes cosas en otoño y a lo largo de 2014» e insistió en que gestiona la empresa con la vista puesta en el «largo plazo».
Los mercados, acostumbrados a la innovación impulsada bajo el mando de Jobs, esperan aún que Cook les sorprenda. Por el momento, este año Apple no ha anunciado ningún producto, tal y como solían hacer en el primer trimestre, mientras que sus rivales lanzan dispositivos que poco tienen que envidar a los de la manzana mordida.
«Son, obviamente, competidores duros», declaró Cook. En respuesta a las inquietudes bursátiles y en vista dela falta de novedades que seduzcan a los inversores, Apple ha tirado de sus abundantes ahorros para calmar los ánimos.
La empresa anunció que destinará 100.000 millones de dólares entre este año y finales de 2015 para repartir dividendos entre los accionistas y, sobre todo, recomprar sus propios activos, lo que le permitirá reducir el número de títulos disponibles y, por tanto, afectar el precio de cada participación.
«Hemos llegado a la conclusión de que invertir en Apple era nuestra mejor apuesta», señaló Peter Oppenheimer, director financiero de la entidad, que trata de frenar así su dramática pérdida de terreno en el Nasdaq. Tras el anuncio de resultados, Apple cotizaba un 5% al alza en las negociaciones realizadas tras el cierre de la jornada en Wall Street.