Facebook lucha por conservar su aspecto juvenil ante nuevos rivales.

A sus 16 años, Owen Fairchild pasa menos tiempo que antes en Facebook. Ni él ni sus amigos han abandonado por completo la primera red social del mundo, pero ahora la comparten con otras como Twitter, Snapchat o Instagram.
"Estoy en otra cosa", dice este estudiante del Alameda Community Learning Center, un establecimiento ubicado en la bahía de San Francisco. "Uso mucho más (el sitio de blogs) Tumblr; hay allí muchas cosas divertidas", agrega.
La aplicación de mensajes efímeros "Snapchat también es súper divertida, ya que permite enviar fotos en que uno puede aparecer feísimo pero se borran en unos segundos".
Facebook fue un precursor de las redes sociales en línea, que han recibido un fuerte impulso desde la aparición de los smartphones, que permiten a los usuarios compartir en cualquier momento imágenes, videos o mensajes.
En vísperas de su décimo aniversario, la primera red social mundial se ve enfrentada al desafío de conservar su base original de jóvenes usuarios ante la competencia de nuevos servicios que rivalizan por ofrecer una imagen "cool".
El éxito de plataformas como Snapchat, el sitio de micromensajes Twitter o la red de imágenes Pinterest alimentan los temores de que Facebook seduzca cada vez menos adolescentes y pueda llegar a seguir el destino de su predecesor MySpace, caído en el olvido.
¿Una red para viejos?
Destinado en sus inicios a estudiantes, la demografía de Facebook ha evolucionado con el paso de los años. Hoy, los adultos -algunos de ellos de avanzada edad- recurren a esta red para contactar a amigos que perdieron de vista hace muchos años y para permanecer vinculados con familiares y colegas.
"Nadie de mis amigos dice que Facebook es para los viejos", señala sin embargo Owen Fairchild. "Creo que Facebook sigue siendo muy popular, aunque algunas personas hayan perdido interés" en la red.
Susannah Sharpless, una estudiante de la universidad de Princeton, decidió en cierto momento de su vida que ya era hora de que Facebook dejara de consumirle la vida.
"En mi grupo de amigos todo el mundo pasó por una etapa en que detestó Facebook y suprimió su cuenta. Yo fui una de las primeras en volver y lentamente lo fueron haciendo todos", cuenta a la AFP.
Este período de "desintoxicación" les permitió adquirir un mayor control sobre una herramienta que se había convertido en un hábito diario. "Comprendí cómo vivir sin el continuo acoso de Facebook al cual estaba sometida", asegura Susannah.
"No hay nada en Facebook que considere absolutamente indispensable". En cambio, afirma que consulta "todo el rato" su cuenta de Twitter y que encuentra cosas más interesantes en la aplicación para compartir fotos Instagram, adquirida en 2012 por Facebook.
Para esta joven, no obstante, "Facebook no terminó". "Lo que se está produciendo son cambios en la manera en que la gente lo utiliza", estima.
