Hugh Jackman: Muy Bueno Para Ser Verdad, Pero es Verdad

El estreno esta semana de la muy publicitada y esperada Los miserables, adaptación cinematográfica del musical que han visto 60 millones de personas en 42 países y en 21 idiomas, representa entre otras cosas la oportunidad de disfrutar de una figura poderosa de la escena y sin duda uno de los actores más queridos y respetados del espectáculo contemporáneo.

El australiano Hugh Jackman, de 44 años, estudió periodismo en Sydney. Fue abandonado por su madre cuando era un niño y criado por su padre, contador. Es zurdo. Está felizmente casado con una mujer 15 años mayor, con la que tiene dos hijos adoptivos. Le dijo que no a James Bond y ahora se arrepiente.

Pocas cosas en realidad para definir a un hombre poliédrico y fascinante, cuyo defecto mayor consiste, precisamente en no tener defectos visibles.

Cuando le dijo no al Agente 007.

Después de que Pierce Brosnan entregó su licencia para matar, Hugh Jackman fue uno de los candidatos para vestir el traje del agente, pero ocupado X-Men 2, dijo que no estaba interesado.

“Por supuesto, lloro antes de dormir por eso, todas las noches”, admitió triste e irónicamente el actor, quien de todos modos no renuncia a la esperanza de calzar algún días los zapatos del personaje creado por Ian Fleming.

Tendrá que esperar un poco. El escocés Daniel Craig, protagonista de la reciente Skyfall, ha firmado por dos entregas de la saga.

“Bueno, por las dudas estoy mirando casas en Londres. La oportunidad puede surgir otra vez y debo estar preparado”, le dijo a la prensa inglesa.

No lo tuvo fácil con Los Miserables.

Nadie pensaría que la fama y el prestigio de que goza el actor australiano no fueran valores suficientes a la hora de conseguir un papel protagónico en un filme. Sin embargo, no fue tan fácil para nuestro Wolverine acceder al personaje de Jean Valjean, que lo ha llevado a ser candidato al Oscar.

Conseguir el protagónico en la película del británico Tom Hooper fue para él “como si todas las estrellas se alinearan”.

“Fui un poco agresivo a la hora de pelear por el papel”, admite, al tiempo que reconoce que el trabajo resultó “un poco intimidante tanto en lo psicológico como en lo físico”.

En Los Miserables, la obra clásica de Victor Hugo en el que se inspiraron Claude-Michel Schönberg y Alain Boublil para escribir el musical homónimo, canta, baila y derrocha su encanto por doquier, al lado de dos compañeros de lujo, su compatriota Russell Crowe y la bellísima y talentosa Anne Hathaway.