Leonel Fernández, ‘el vendedor más grande del mundo’

Si Og Mandino hubiese conocido a Leonel Fernández, de seguro habría lanzado una versión mejorada de su best seller ‘El vendedor más grande del mundo’; es evidente que el expresidente (1996-2000 y 2004-2012) es un excelente promotor de sus ideas e intereses, al punto de convertirlos en un producto mercadeable.

 

En su discurso de este domingo, 14 de julio, ante los delegados que asistieron a la asamble del VIII Congreso Comandante Norge Botello, Fernández pregonó una serie de criterios, los cuales vale la pena analizar punto por punto, uno a uno, para saber a ciencia cierta qué es lo que se nos está ofertando políticamente desde el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

 

Veamos:

 

Admitió en su discurso que en ese congreso, además de regocijo, afloraban las desilusiones; parecía un mea culpa, pero no, era la visualización de los síntomas, mas no el diagnóstico del síndrome: El de la mercantilización de la política, dominio de la tendencia de Fernández en la estructura partidaria y del Estado, suicidio político de los líderes del partido en la defensa del presidente del partido, ”comesolismo”, etcétera.

 

Narró la historia política de Norge Botello, desde el 14 de junio de 1959 hasta su muerte en 2008, dejando claro -sin proponérselo- que la política en República Dominicana y en el propio PLD, ha degenerado en antihistórica. El marketing ha vencido a la historia, pues cuando Leonel Fernández apenas tenía 6 años, Botello iniciaba su lucha contra las fuerzas opresoras, y en 1996, Fernández lo venció en las primarias para convertirse en el candidato presidencial de un partido, autodenominado progresista, que se alió al remanente político del trujillismo, el PRSC. El arma de Leonel Fernández fue la palabra, y en 1996, como un cobarde, la recogió. El presidente del PLD, por su propia narración, no tiene la estatura moral y política para hablar de Norge Botello.

 

Como buen vendedor, él pronostica que el PLD ganará en el 2016 (no lo ponemos en duda) y hace un recuento milimétrico de los triunfos del partido morado evitando, vadeando, la derrota de Danilo Medina, en el año 2000, sin detenerse a reconocer que sin su apoyo, el hoy Presidente alcanzó el 23.6 por ciento de los votos, sólo 15.3 por ciento menos de los votos obtenidos por Fernández en la primera vuelta de las elecciones de 1996, cuando el partido no había tomado la curva del 50+1 de la que hoy se jacta.

 

Fernández ha revestido sus administraciones de una etiqueta de “prosperidad“. Para ser exactos, este domingo arguyó que todas las veces que el PLD le ha dado una pela al PRD ha sido para llevar prosperidad al pueblo dominicano. En 2009, cuando Leonel Fernández inauguraba su segundo período presidencial consecutivo, la ONU estimaba que en República Dominicana el 34 por ciento de la población vivía en estado de pobreza, mientras que el 10.4 por ciento se encontraba en pobreza extrema, para un 44.4 por ciento de la población viviendo en la pobreza. En las provincias fronterizas esos porcentajes eran y son mayores.

 

Volviendo al tema de los problemas internos del PLD (un Comité Central y comités de base que no se reúnen, locales cerrados, actos de indisciplina no sancionados y falta de solidaridad -no más-), Leonel Fernández, luego de admitir éstos y pese a tener vasto conocimiento de sociología, “yerra” en identificar una sola causa: La reforma constitucional de 1994, la cual sometió a la ciudadanía y a los partidos a 18 procesos electivos en apenas 17 años, produciendo -según él- el desgaste de las estruturas partidarias. Así las cosas, luego de señalar cuatro causas internas de la desazón, atribuye el malestar a factores externos al partido. Peor aún, no reconociendo la existencia de tendencias que han puesto la tan pregonada estabilidad de ese partido al borde del abismo.

 

Y como tiene en mente esa sexta pela, pero con su correa, dio cuatro mandatos al Congreso: i) Darle mayor autoridad y operacionalidad a los miembros del Comité Central; ii) Reuniones semestrales del CC; iii) Abrir los locales del partido, y iv) Poner en funcionamiento los comités de base. Es evidente que Leonel Fernández pretende reactivar las estructuras medias y bajas de su partido para cimentar su proyecto político de 2016, y con ello reconoce -aunque no de forma pública- el debilitamiento de su figura a lo interno y externo del partido oficial, para lo cual necesita afianzarse.

 

Ese afianzamiento viene con el rescate de algunas reminiscencias del PLD de Juan Bosch, como son los círculos de estudio:”Tenemos que volver a cumplir con los valores, principios, pautas de conducta, y método de trabajo que están en el origen y en la fortaleza del Partido de la Liberación Dominicana”. ¿Implica esta frase la devolución de los bienes, declarados y no declarados, adquiridos de manera dudosa durante los 16 años de administración peledeísta, incluido quien habla? Juan Bosch murió en la inopia, y ese era, para él, un principio fundamental que se desprendía de la honradez.

 

Como buen estratega en ventas de sueños y sesiones de gnosis, el expresidente está enterado de lo que pasa en su sector a nivel internacional. Es consciente de la Primavera Árabe, del poder de los jóvenes y las tecnologías, reconoce que nuevos y virulentos movimientos sociales pueden desestabilizar o tumbar un gobierno, frustrar el plan de un partido de permanecer 42 años en el Poder (2004-2036). Y es ahí donde una vez más hace uso de la manipulación para convertir a la militancia y dirigencia de ese partido en muro de contención de las aspiraciones y exigencias sociales. Cito: “El PLD, sus dirigentes, todos debemos observar que la forma de hacer política ha cambiado y, por consiguiente, nuestro partido tiene que prestar atención a todo esto e iniciar un proceso de adiestramiento (volver a la estructura de cuadros, pb) y formación de nuestros dirigentes de ser capaces ante cualquier reto o desafío en la política mundial que se vuelque hacia República Dominicana”. ¿Y los factores internos como los déficit fiscales acumulados, las reformas fiscales, en especial la de diciembre de 2012 para comprar como algo nuevo a un Presidente que es su continuidad; la inflación, la corrupción, la IMPUNIDAD, la creación de nuevas capas sociales con los dineros de los contribuyentes (fundaciones, torres de apartamentos, becas, asesorías con forma de botella , viajes al extranjero, etc.?

 

Si bien Leonel Fernández pretende que se rescaten las reuniones y el adiestramiento, no pretende seguir con los símbolos del PLD que ya resultan obsoletos, que huelen a Bosch, quien apenas obtuvo una mención al final del discurso. Es evidente, el plan de convertir este proceso “renovador” en su plataforma de campaña electoral de cara al 2016. Sostenemos que los problemas del PLD no son materia de la simbología, sino de ética y moral. Talvez sólo así llegaría a ser progresista, popular, democrático y solidario, como plantea su líder. Quizá…

 

De forma definitiva y contundente, Leonel Fernández es el vendedor más grande del mundo, pues es capaz de reciclar sus excrementos y ofertárnoslos como la Octava Maravilla del Mundo, como un “Nueva York chiquito”, y siempre con éxito.

 

Sección: Noticias
Publicada: Julio 16, 2013
Fuente: horacero.com.do
0 Comentario(s)  
Para comentar debes Registrarte ó Iniciar Sesión en caso de que ya seas Miembro.

Búsqueda Avanzada