¡Modelo de buena esposa!
Es un decálogo de once puntos (sic) editado en 1953 –hace 60 años– para definir a la buena esposa... Me lo ha hecho llegar el colega y amigo internauta David Vargas, que ocasionalmente me envía curiosidades curiosas (requetesic) que va encontrando en su camino mientras navega y navega...
No dudo que de aquí haya salido el movimiento feminista que se vigorizó justo en esa misma época, pero puedo asegurar que algunas de esas recomendaciones las viví como norma en mi casa materna... Y a mi madre, una santa, jamás la vi protestar por esas atenciones a mi padre. Ambos murieron de viejos, juntos, a los 86, con 10 años de diferencia. Y fueron felices...
La “Guía de la Buena Esposa” contiene once reglas “para mantener a tu marido feliz”, que son las siguientes:
- Planea con tiempo una deliciosa cena para su llegada... Esa es una forma de hacerle saber que has estado pensando en él y que te preocupan sus necesidades. La mayoría de los hombres están hambrientos cuando llegan a casa.
- ¡Luce hermosa! Descansa cinco minutos antes de su llegada para que te encuentre fresca y reluciente... Retoca tu maquillaje, ponte un listón en el cabello y luce lo mejor posible para él. Recuerda que él ha terminado un día duro y sólo ha tratado con compañeros de trabajo;
- Ser dulce es interesante... Su aburrido día de trabajo quizás necesita mejorar. Tú debes hacer todo lo posible por hacerlo. Una de tus obligaciones es distraerlo...
¡Corre... arregla la casa!
- Antes de la llegada del marido, la casa debe lucir impecable... Después de haber limpiado bien y ordenar cada cosa, haz una última ronda por las principales áreas de la casa... Levanta libros de escuela, juguetes, etcétera, y limpia con un plumero las mesas y cada superficie, una por una.
- Hazlo sentir en el paraíso... Durante los meses más calurosos del año debes preparar la habitación antes de su llegada, enciende el aire o el ventilador. Tu marido sentirá que ha llegado a un paraíso de descanso y orden. Eso te levantará el ánimo a tí también... Después de todo, cuidar de su comodidad te brindará una enorme satisfacción personal.
- Prepara a los niños... Cepíllales el cabello, lava sus manos y cámbiale la ropa. Son sus pequeños tesoros y él los querrá ver relucientes;
- Minimiza el ruido... A la hora de su llegada apaga lavadora, secadora y aspiradora e intenta que los niños permanezcan callados... Piensa en todo el ruido que él ha tenido que soportar durante su pesado día de oficina.
¡... Y mírate muy feliz !
- Procura verte feliz cuando él llegue... Regálale una gran sonrisa y muestra sinceridad en tu afán de complacerlo en todos sus deseos... Su felicidad es tu recompensa por su esfuerzo diario.
- Escúchalo... Puede que tengas una docena de cosas importantes qué decirle, pero a su llegada no es el mejor momento para hablarlas. A su partida, tampoco... Déjalo hablar a él, recuerda que sus temas son más importantes que los tuyos;
- No te quejes si llega tarde... Si él va a divertirse sin ti o si no llega en toda la noche, trata de entender su mundo de compromisos y su verdadera necesidad de estar relajado en casa; y - No te quejes... No lo satures con problemas insignificantes. Cualquier problema tuyo es un pequeño detalle comparado con los que él tiene que pasar... ¡Porque una buena esposa sabe siempre cuál es su lugar!
Y un extra: ... Hazlo sentir a sus anchas. Deja que se acomode en un sillón reclinable o se recueste en la cama sobre almohadones. Ten siempre listo un traguito para él, si de whisky, mejor... Quítale los zapatos y los calcetines, y colócale la manta... ¡Cuida a ese muñeco!
¡Si aparece una así, estoy disponible...!