Las demandas más ridículas de la tecnología
Las demandas son aquellos recursos legales que los ciudadanos o las empresas tienen para denunciar a un tercero que, según su perspectiva, le ocasionó un daño y, como consecuencia, debe de reponer el daño con una cantidad de dinero, con productos o compensaciones de servicios.
Estas herramientas legales muchas veces son utilizadas por personas que, con tal de obtener beneficios económicos o meramente fama, demandan a grandes compañías por motivos que son verdaderamente absurdos, reclamando cantidades millonarias de dinero y que, en lo que se resuelve la controversia, provocan que la atención caiga sobre ellos.
La demanda de los sitios sin visitas
En 2006, el Internet tal y como lo conocemos hoy en día era muy distinto. En aquellos años Google era aún una compañía que, si bien ya se posicionaba como el principal buscador en línea, aún experimentaba con la manera en la que colocaba los resultados de búsquedas y la manera en la que calificaba a cada sitio de Internet debido a su relevancia y número de visitas. Fue justo a causa de este ranking que Google fue demandado por el sitio kinderstart.com, un portal de búsquedas especializadas en niños y su educación durante los primeros años de vida.
El portal de menores alegaba que, como eran competencia, Google había decidido arbitrariamente evaluarla negativamente y por eso no aparecía en las búsquedas en los primeros sitios, cuando en realidad Kinder Start estaba mal evaluada por las mínimas visitas que recibía. Al final la demanda no procedió y cada sitio siguió su curso con caminos bastante distintos a casi 10 años de distancia.
La demanda de los miles de millones de dólares
Para algunos, Internet ha traído consigo una serie de dolores de cabeza debido a que, gracias a su manera de operar, se pueden compartir archivos, como canciones o películas, de manera libre y sin necesidad de pagar regalías, infringiendo derechos de autor. Para otros tantos, esta característica es una virtud ya que vuelve más democrático el Internet.
El punto es que en 2011 la Recording Industry Association of America, encargada de proteger los derechos de autor de las piezas musicales en Estados Unidos, demandó a LimeWire por una cantidad que ascendía a los 1,650 millones de dólares debido a que violaciones con los derechos de 11 mil canciones que durante ese año se habían compartido a través de LimeWire. La cantidad de dinero de la demanda era tan exorbitante que la jueza norteamericana Kimba Wood calificó la demanda como “absurda”.
Te demando porque no vi esa pared de cristal
Corría el año 2012 cuando Evelyn Paswall, una adulta mayor de 83 años de edad, se disponía a asistir a una tienda Apple cuando, al intentar entrar, no se percató que una de las paredes de la tienda eran de cristal, lo que provocó que chocara contra el enorme vidrio y como consecuencia tuviera heridas a causa de los vidrios rotos.
Más allá del susto por el aparatoso golpe, la viejecita se apuró a demandar a Apple por negligencia en la construcción de sus tiendas ya que la utilización de materiales transparentes como el vidrio en las paredes no son visibles para todas las personas. La demanda, que ascendía a un millón de dólares, no procedió.
¿Y los 16 GB de memoria que Apple me prometió?
Todos los dispositivos móviles que cuentan con un sistema operativo lo tienen instalado, forzosamente, en el disco duro lo cual, obviamente, ocupa parte del espacio dedicado al almacenamiento. Celulares, tabletas, computadoras, reproductores musicales, es más, hasta las USB tienen menos espacio que el que se anuncia debido a que estos archivos ocupan espacio.
Esto no es algo que sorprenda a las personas en general, con excepción de dos usuarios de iPhone en Miami, Estados Unidos, que demandaron a Apple debido a que sus smartphones tienen menos espacio disponible de los 16 Gb prometidos. Estos usuarios presentaron a inicios de 2015 una demanda en contra de la compañía de Cupertino por más de 5 millones de dólares debido a la publicidad engañosa que, según ellos, realiza la empresa encabezada por Tim Cook.
Estas son sólo algunas de las demandas que han ocurrido en la industria tecnológica, pero hay muchas más que podrían entrar en este breve conteo