¿Cuándo Empezar a Prestarle el iPad a los Niños?
Todos hemos visto la mirada concentrada que adopta un niño pequeño al agarrar un iPad o un iPhone. Se muestran tranquilos y absortos con el aparato. Para el Dr. Gary Small, profesor de psiquiatría de la Universidad de California en Los Ángeles, estos dispositivos son como “la cocaína del mundo de los juguetes”.
“Nuestros hijos son más inteligentes que nosotros utilizando tecnología, pero probablemente tengan mayores dificultades a la hora de tener una conversación”, dijo Small. “Interpretar gestos no verbales, reconocer expresiones faciales y su contenido emocional será más difícil si pasamos demasiado tiempo en Internet”, agregó.
Entonces, ¿en qué momento deberíamos exponer a nuestros hijos a la tecnología que utilizamos a diario?
La Academia Americana de Pediatría recientemente ratificó su recomendación de evitar que los niños sean expuestos a cualquier pantalla antes de cumplir los dos años. Pero no todos coinciden con esta advertencia.
“Para los bebés y niños pequeños, la mejor experiencia tecnológica es activa. Recomendamos interacciones entre padres e hijos para que estos puedan explorar, jugar y aprender”, señaló Tony Favorito, director de producto de Fisher-Price.
Para Farah Miller, editora de Huffington Post Parents, la interacción de un niño con la televisión y con un iPad es distinta. “Me preocupa que mi hija vea demasiada televisión”, dijo.
Sarah Evans, consultora y colaboradora del sitio Tracky, parece estar de acuerdo. “Con el dispositivo interactuamos como si estuviéramos leyendo un libro. Estamos tocando cosas, hablando de ellas. Reaccionamos juntos, algo distinto a la experiencia solitaria de ver televisión”, indicó.
Favorito precisa que este tipo de interactividad es la que deben buscar los padres cuando prueban aplicaciones para sus hijos.
“Si bien la exposición de los niños a la tecnología ha cambiado, siguen siendo niños y siguen interactuando de la misma forma que siempre. Algunas de las mejores tecnologías para niños derivan de juegos y juguetes tradicionales”, dijo Favorito. “Los niños desean utilizar la tecnología como algo social y compartir su experiencia con otros, un ejemplo que rompe el mito de que la tecnología los aísla”, agregó.
Sin embargo, la interactividad de estos dispositivos no convence a Jonathan Anker, editor de HLNtv.com.
“En general, se aíslan en ese universo digital. Tienen rasgos de adicción que los privan de otras oportunidades, por lo menos temporalmente. ¿Qué estás sacrificando cuando interactúan con estos juguetes?”, se preguntó Anker.
Eso es exactamente lo que quieren saber los padres. Pero la realidad es que no hay estudios concluyentes. “Una vez que diseñamos una investigación, la tecnología estudiada ya es obsoleta”, dijo Small. “Solo podemos guiarnos por nuestra intuición y lo que observamos en niños más grandes”, agregó.
“Pude verlo con mis propios hijos cuando estaban creciendo. Si pasaban mucho tiempo con estos aparatos, se ponían de mal humor y no me miraban a los ojos. Y si se los quitábamos, se volvían más humanos”, continuó Small. “Hablen con otros padres; les dirán lo mismo. Hablen con maestros, educadores, y les dirán lo mismo. Algunos temas no deben ser estudiados sistemáticamente para que los padres nos preocupemos”, concluyó.