Tips para comer más frutas y vegetales
No sólo los niños son los que no desean comer “sano”. Muchos adultos le escapan a las hortalizas o a los postres que no tengan mucho chocolate o crema. Es posible llevarlos por el buen camino, siguiendo estos tips para comer más frutas y vegetales.
Excelentes trucos para comer más verduras y frutas
Consumir desde la mañana
Si estás acostumbrado a desayunar café con leche y tostadas, por qué no piensas en consumir un rico yogur con cereales y frutas y un zumo de naranja. No hay dudas de que se trata de una excelente manera de comenzar la jornada, con más energía y a la vez, más saludable.
Colócalos en un sitio visible
Si al abrir la nevera lo primero que se ve es una torta de chocolate porque las manzanas están escondidas en los cajones de abajo, es más fácil que nos tentemos con lo primero. Haz que las frutas y las verduras estén siempre a la vista. Una buena manera es disponer un canasto en el centro de la mesa. Ante el primer signo de apetito o ansiedad, vamos a ir corriendo hasta este lugar.
Prueba con los vegetales congelados
Las chauchas, judías, choclo, brócolis… todo se puede conseguir congelado hoy en día. Además de ser mejor que los enlatados, te permite refrigerarlos por más tiempo y contar con una opción sana cuando no tenemos idea que preparar para cenar. Son muy fáciles de preparar, tanto hervidos como al vapor y te sacarán de un apuro.
Busca recetas que contengan más vegetales
La mejor manera para que tu familia consuma más verduras es ofreciéndoselas. Tal vez renieguen los primeros días, pero después se acostumbrarán. Elimina el mito de que los vegetales son feos y aburridos, enséñales que se pueden hacer miles de recetas deliciosas con estos ingredientes. No te quedes sólo con una ensalada o un puré de patatas, deja volar tu imaginación.
Haz postres con frutas
A veces no comemos frutas porque no estamos acostumbrados y pensamos que la palabra postre sólo se puede unir a chocolate, crema, nata, dulces, etc. Nada más alejado de la realidad. Ensalada de frutas, helados caseros, licuados, batidos, son excelentes para toda la familia y en cualquier época del año.
Convierte en snacks
Una alternativa más saludable a las patatas fritas y otros snack pueden ser los aros de cebolla o los bastones de zanahoria, siempre con rocío vegetal. Una buena idea también son las coles fritas y luego horneadas, bien crujientes y más sanas que otras alternativas que compramos en el mercado.
Haz aderezos
¿Has oído hablar de la mayonesa de zanahorias, por ejemplo? O de las berenjenas al escabeche (con vinagre y aceite). Estas son sólo dos alternativas para comer más vegetales. Hasta puedes hacer salsa de tomate casera. El guacamole se hace con aguacate y cebolla; el babaganush con berenjenas. Todas estas alternativas son excelentes para los momentos de ansiedad por la comida, justo antes de la cena, por ejemplo.
Hornea como pan
Seguramente nunca has oído hablar del pan de calabaza o de plátano. Ambos tienen muy bueno sabor y color, es algo fresco y lo mejor es que lo hacemos nosotros mismos. Si bien no es una comida muy saludable porque lleva harina y azúcar o sal, lo cierto es que tiene más vitaminas y nutrientes que otras comidas, como es el pan de caja.
Añade a la sopa
Las zanahorias y las calabazas, a la olla. Cualquier sopa pude beneficiarse con una ración extra de vegetales. Apio, puerro, cebolla, brócoli… lo que se te ocurra es bienvenido.
Haz zumos y licuado
Es una excelente manera de consumir frutas, sobre todo en verano o para el desayuno. Si tus hijos no quieren comer una manzana, entones haz un zumo con esta fruta para acompañar el almuerzo o la cena. Lo batidos son perfectos cuando regresan del colegio o de jugar, también después de hacer deporte. Pueden o no llevar leche. Para que sean más saludables, coloca hielo en la licuadora. Las opciones son infinitas, y al ser tan coloridos, llamarán la atención de los peques.
Más ensaladas
La guarnición es tan importante como el ingrediente principal. Como se decía antes, no debemos quedarnos simplemente con la típica de tomate y lechuga o las patatas (puré o fritas). Comienza a hacer ensaladas multicolores, con varios ingredientes. Para que todos puedan comer más, añade atún al natural o trozos de pollo. Cuanto más variedad haya de ensaladas, más fácil será que todos coman.
Envuelve
En lugar de usar pan o masa, prefiere las hojas de espinaca o de acelga. Las coles o las berzas son ricas también y aportan muchos nutrientes, como por ejemplo vitaminas A, C y K. Además, estarás eliminando los hidratos de carbono y las harinas de tu dieta.
Aprovecha las bondades del ajo
Si tus hijos dicen que el brócoli es aburrido o que no le gustan las batatas, recurre a un salvador en la cocina: el ajo. Además de ser muy bueno para prevenir y curar enfermedades, le aporta un gusto diferente a cualquier comida. Añade un par de dientes picados en la sartén con un chorrito de aceite antes de sofreír las verduras que ya están cocidas. Un antes y un después para tus platillos.
Sumerge en chocolate
El fondue en invierno o el helado de chocolate en verano. Son dos opciones para comer más frutas. Derrite el chocolate (amargo para que sea más sano) e introduce en el cazo fresas, manzanas, plátanos o las frutas que quieras.
Prueba algo nuevo cada semana
Es una experiencia maravillosa para tu paladar y el de toda tu familia. Cada vez que vayas a comprar las verduras, aprovecha para conseguir algo que aún no hayan probado nunca. Busca en Internet una rica receta para añadirla y sorprende a todos.