El oncologo de Steve Jobs recomienda
Este médico estadounidense ha causado conmoción en su país con su libro «El fin de la enfermedad» (Ariel). Cansado de tratar pacientes terminales y decirles «ya no puedo darte más medicamentos», decidió iniciar una campaña para prevenir los males más comunes que aquejan a esta sociedad. El doctor, que trató el cáncer de Lance Armstrong y Steve Jobs, sugiere varias claves para llevar una vida saludable: comer una aspirina diaria, caminar un poco cada 20 minutos, no tomar suplementos vitamínicos, entre otras.
-Ha enojado a mucha gente.
-Sí, sobre todo a las empresas que venden multivitamínicos.
-¿Por qué les ha declarado la guerra?
-No hay estadística alguna que indique que los suplementos son buenos para nuestra salud, pero sí hay muchas que demuestran lo contrario.
-¿Por qué nunca se había dicho esto?
-Porque nosotros tampoco nos lo hemos cuestionado. Tendríamos que evaluar si realmente necesitamos cada cosa que ingerimos.
-¿Cómo qué?
-Por ejemplo, si estamos tomando un medicamento para las articulaciones y después de varios meses seguimos con las mismas dolencias, ¿por qué seguir tomándolo? Tenemos que parar. La mayoría de las pastillas y medicamentos solo funcionan en una parte de la población.
-No todo es para todos.
-Exacto, cada tratamiento tendría que estar pensado en cada individuo.
-Imposible si solo se tienen 5 minutos con el médico.
-Habríamos de llevar toda la información que tenemos sobre nosotros a esa cita. A partir de ella, el médico tendría que pensar en el tratamiento más apropiado para nosotros y asesorarnos basándose en nuestro historial, para aprovechar al máximo esos 5 minutos.
-Suena un tanto utópico.
-Para comprar un auto nos tardamos meses investigando la mejor marca, leemos revistas, hablamos con amigos, buscamos los mejores precios. Deberíamos de interesarnos también de esa forma por nuestra salud y nuestros médicos.
-Sabemos más de coches que de nosotros mismos.
-Exactamente. Hay algo mal aquí. Deberíamos de pasar más tiempo conociéndonos.
-Habla más como un chamán que como médico.
-En China dicen que el libro “es medicina oriental con tecnología” y coincido. En la medicina occidental nos hemos vuelto reduccionistas.
-¿Qué significa eso?
-Vemos una célula para determinar cuál es el problema, cuando tendríamos que estar viendo todo el conjunto.
-¿Y qué nos dice el conjunto?
-Que un cáncer, el Alzheimer o los problemas del corazón pueden ser causados por muchas razones.
-¿Como usar el móvil?
-No, no hay ningún dato que afirme eso y los índices de cáncer cerebral no han aumentado significativamente desde que el uso de móviles aumentó.
-¿Entonces?
-Lo que sí podemos comprobar es que hay muchas cosas que podemos hacer para prevenir estos males.
-¿Cómo qué?
-Hay una pastilla que tiene 2000 años de existir y que si la tomas una vez al día, a un coste de 2 a 3 euros por año, puedes disminuir el índice de cáncer en un 37%, de problemas cardiovasculares en un 20% y de ataques al corazón en un 17%, y se llama aspirina.
-La aspirina también tiene efectos secundarios.
-Todo lo que hacemos lo tiene. Si vienes de una familia con estómagos sensibles, es mejor que no la tomes, pero si tu familia tiene historial de cáncer y problemas cardiovasculares, lo mejor sería que ingirieras una cada día. Nadie debe tomar una medicina sin consultarlo con su médico.
-Nadie pregunta al doctor si debe tomar una aspirina.
-Deberían. Tener cáncer es algo que te implica no solo a ti, sino a tu familia, a tu comunidad, a tu gobierno, que será quien pague por tu cuidado. Prevenir este cáncer debería de ser una preocupación no solo tuya, sino de todos.
-Estamos enfocados en resolver, no en prevenir.
-Si un niño no recibe sus vacunas, se considera abuso infantil. Deberíamos de exigirle a nuestros gobiernos que beber refrescos, fumar o no caminar cada determinado tiempo sea mal visto también, pues nos causará a todos gastos más adelante.
-Suena difícil de conseguir.
-Se ha logrado mucho con la ley antitabaco. No se trata de prohibir a la gente, pero que asuman el riesgo de lo que hacen. ¿Por qué los que llevamos una vida sana tenemos que pagar por los abusos de los demás?
-¿Y cómo asumirían ese riesgo?
-Pagando una tasa más alta de seguro si quieren fumar o comer comida basura, por ejemplo. También podríamos diseñar escuelas que obliguen a los niños a caminar entre clase y clase. Diseñamos edificios basándonos en el medio ambiente, ¿no tendríamos que pensar también en nuestra salud?
-Perderíamos tiempo caminando.
-Estar sentados por cinco horas seguidas es más dañino que fumar una cajetilla al día. Hacer una pequeña caminata cada 20 minutos nos ayuda a prevenir enfermedades. Nuestros jefes tendrían que obligarnos a hacerlo, para evitarnos futuras enfermedades, y las pérdidas a la empresa que éstas conllevarían.
-Invertir en salud.
-Efectivamente. Un ataque al corazón cuesta mucho dinero a los gobiernos.
-Usted trató a Steve Jobs, ¿qué aprendió de él?
-Muchas cosas. Steve vivió hasta el último día de su vida, era una persona muy positiva. Pacientes como él son los que me inspiraron a escribir este libro. Él en particular inspiró el título.
-¿Cómo?
-Yo había decidido ponerle ¿Qué es la salud? Y él dijo que dejar la palabra salud en el título haría que nadie lo leyera. También me dijo que no puedes regalarle a alguien un libro que tenga la palabra salud en el título, porque sería como una ofensa.
-Se dice que solo comía frutas, ¿es cierto?
-Cuando lo diagnosticaron llevaba una dieta balanceada, pero tuvo periodos en su vida que fue vegetariano.
-¿Tuvo que ver aquello con su cáncer?
-Cualquier exceso es malo, la clave está en la moderación.
-Lance Armstrong, ¿también fue un paciente optimista?
-Sí, fue un gran paciente. Cuando lo diagnosticaron le dijeron que su cáncer era incurable, que pasara tiempo con su familia. No conforme, investigó y se sometió a una prueba clínica de un medicamento experimental y ya han pasado 15 años de eso.
-Optimista y determinante.
-Lance dijo voy a vencer esto, para él fue como una carrera más. Suena extraño ahora que sabemos todo lo que pasó.
-En efecto.
-Para mí fue un golpe muy duro, me rompió el corazón.
-¿No sabía nada?
-Al contrario, siempre lo defendí. Nos desilusionó a todos, a todo el país y a todo el mundo.