Emotivo homenaje a Gabriel García Márquez

Adiós a Gabriel García Márquez, el último en el Palacio de Bellas Artes. Por la mañana llegaron al recinto cultural los primeros admiradores de Gabriel García Márquez. Hacían fila para entrar a despedirse.

 

Vestidos de negro o de amarillo con el luto en el alma, decían.

 

Flores amarillas para él, mariposas amarillas estaban ahí entre los asistentes. Algunas hechas a mano, en cartulina o como prendedores.

 

Hasta el Palacio arribaron tanto admiradores del extranjero como de los lugares más recónditos de México, como Isidro, habitante de Tlaltizapán, Morelos, que llegó con la primera edición de Cien Años de Soledad, la de 1967.

 

"Yo vengo de un pueblo de que muchas cosas de las que habla aquí, yo las vi en mi pueblo, cuando iban los gitanos, cuando iban los gitanos a mi pueblo.

 

Cuando íbamos al río y encontrábamos las piedras como huevos de dinosaurio", comentó el señor Aragón. Los asistentes pusieron la realidad, y García Márquez, la magia.

 

Como parte del homenaje a Gabriel García Márquez, sus más fieles seguidores leyeron los primeros capítulos de Cien Años de Soledad en la explanada del Palacio de Bellas Artes. José Arcadio Buendía, Úrsula Iguarán y Aureliano Buendía, al ritmo de Vallenato.

 

En la explanada del Palacio de Bellas Artes, La Gota Fría, en voz del Grupo Guatapurí, de la costa norte de Colombia.

 

Y la creación de Oscar Chávez de 1972, con el Macondo de García Márquez, desde La Guajira y Barranquilla. "No muere, nos deja su legado, nos deja su sabiduría, su experiencia, sus conocimientos y su vida", dijo el señor Miguel Ángel Cervantes. A las 3:15 de la tarde partió el cortejo con las cenizas de Gabriel García Márquez, desde su casa en la calle de Fuego 144, en Jardines del Pedregal, hacia el Palacio de Bellas Artes.

 

En el cortejo iban los familiares y amigos más cercanos del Nobel colombiano en seis camionetas y un autobús de pasajeros.

 

La caravana iba custodiada por más de 50 motocicletas de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal.

 

A las 4:12 de la tarde, la señora Mercedes Barcha, esposa de Gabriel García Márquez, y sus hijos Gonzalo y Rodrigo García Barcha, acompañados por el presidente del Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, y la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes, María Cristina García Cepeda, ingresaron al vestíbulo principal del Palacio de Bellas Artes, donde los invitados especiales aguardaban. Colocaron la urna con las cenizas de García Márquez sobre el pedestal negro colocado al centro de la alfombra roja.

 

La señora Mercedes Barcha, sus hijos Gonzalo y Rodrigo, acompañados del presidente de Conaculta y la directora del INBA montaron la primera guardia de honor. Después, montaron guardia de honor sus nietos.

 

En seguida otros familiares, amigos cercanos y personalidades del mundo de la cultura y la política montaron guardias de honor.

 

Los invitados especiales vestían en su mayoría de negro con rosas amarillas en la solapa o en el vestido.

 

Mientras continuaban las guardias de honor fueron abiertas las puertas a miles de sus lectores y al público en general que se acercaron a despedirlo.

 

La solemnidad del vestíbulo principal se vio interrumpida por un grupo de música colombiana, que interpretó un vallenato.

 

A las 6:00 de la tarde arribó el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, quien montó guardia de honor.

 

A las 8:00 de la noche, arribaron los presidentes de México, Enrique Peña Nieto, acompañado de su esposa, la señora Angélica Rivera de Peña; y de Colombia, Juan Manuel Santos, en compañía de su esposa, la señora María Clemencia Rodríguez de Santos. Se trasladaron al vestíbulo principal.

 

Hablaron del gran legado que deja García Márquez para la cultura de ambas naciones, y para todo el mundo.

 

“En este cálido y emotivo reconocimiento, quiero recordar las palabras que escribió en el prólogo de Doce Cuentos Peregrinos: Soñé que asistía a mi propio entierro, a pie, caminando entre un grupo de amigos vestidos de luto solemne, pero con un ánimo de fiesta.

 

Todos parecíamos dichosos de estar juntos, y yo más que nadie, porque aquella grata oportunidad que me daba la muerte para estar con mis amigos de América Latina, los más antiguos, los más queridos, los que no veía desde hacía más tiempo.

 

Así lo anticipó el Nobel universal con un profundo deseo de hacer de la muerte un reencuentro con sus grandes amigos de vida. Su recuerdo y su obra, su inspiración y su ejemplo, estarán siempre con sus amigos y con millones de personas alrededor del mundo”, dijo el presidente Enrique Peña Nieto.

 

“Hoy asisto a este Palacio de las Bellas Artes, la casa por excelencia de la cultura de México, con el corazón adolorido, y el alma agradecida, para decir adiós en representación de más de 47 millones de compatriotas al más grande colombiano de todos los tiempos.

 

Gloria eterna a quien más gloria nos ha dado”, externó el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos. Al término de sus discursos, ambos mandatarios montaron una guardia de honor.

 

Así, los pueblos de Colombia, la Patria natal de García Márquez y de México, la Patria que escogió para vivir y escribir su obra universal, rindieron homenaje en la máxima casa de la cultura en México, a uno de los más grandes escritores de los últimos tiempos: Gabriel García Márquez.

Sección: Noticias
Publicada: Abril 22, 2014
Fuente: Esmas
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