Violinista con una Sola Mano Ayuda a otros Discapacitados a Expresarse Musicalmente.
El joven artista apoya su pera en el violín y comienza a tocar. Un silencio se apodera de la enorme sala musical y los pocos espectadores presentes dirigen sus miradas a un escenario casi vacío. La melodía fluye por el lugar y algunas otras personas ingresan a la sala para escucharlo. A veces cierra sus ojos al tocar, como si la música se apoderara de él.
Y si los asistentes hicieran lo mismo, nunca sabrían que al violinista que se presenta ante ellos le falta la mano derecha. Sería lo apropiado, claro, ya que Adrian Anantawan prefiere ser juzgado por lo que oye la audiencia y no por lo que ve. Anantawan, de 28 años, es un joven violinista reconocido mundialmente. Se ha presentado en la Casa Blanca y en los Juegos Olímpicos de Invierno en Vancouver y ante personajes como el papa Juan Pablo II, Christopher Reeve y, hace poco, el Dalai Lama, durante un recital privado en la universidad MIT.
Anantawan tocó una pieza de Bach y al finalizar, el líder del Tíbet se le acercó. “Colocó sus manos junto a las mías y nuestras frentes se tocaron por unos seis o siete segundos”, dijo Anantawan.
“Y allí me encuentro pensando: ‘Por Dios, ¿adónde me han llevado este instrumento y esta música?’. Me siento enormemente bendecido de haber vivido experiencias como aquella”, agregó.Anantawan tiene un muñón atrofiado, una discapacidad que lo acompaña desde que nació. Los médicos creen que el cordón umbilical se enredó alrededor de su mano en el útero, cortando la circulación de la sangre y evitando que se desarrollara correctamente. Para compensar, utiliza una simple prótesis con la que sostiene el arco de su violín.
En los últimos años, Anantawan ha dedicado sus esfuerzos al desarrollo de tecnología adaptada para ayudar a jóvenes músicos a superar distintos tipos de discapacidades. Impulsándolos a crear música, cree que esta tecnología, que varía desde simples prótesis hasta sofisticados programas informáticos, puede ayudar a “revelar la humanidad interna” de jóvenes discapacitados que no logran expresarse de otra forma. “La accesibilidad no es caridad”, dijo Adrian en una charla TED en Boston hace unos meses. “Es una de las formas para que los niños descubran este mundo y también tengan la posibilidad de crear otros”, señaló.