Las tormentas en Gran Bretaña destaparon decenas de bombas de la Guerra Mundial

Uno de los más espectaculares efectos del tren de devastadoras tormentas que, procedentes del Atlántico, han azotado el litoral europeo ha sido la cantidad de artefactos explosivos que han desenterrado en las costas inglesas.
En un continente que ha sufrió también «el tren» de dos guerras mundiales, las fuerzas de la naturaleza han logrado excavar en un pasado letal. La unidad de buceo de la Royal Navy encargada de la vigilancia y seguridad de la costa sur de Gran Bretaña ha tenido unos meses ajetreados.
Desde mediados de diciembre ha recuperado casi 250 objetos procedentes de la Segunda Guerra Mundial, entre ellas decenas de bombas que no habían explotado, desde obuses a granadas pasando por minas, que la fuerza de las mareas a desenterrado, después de décadas dormidas bajo la arena.
La fuerza de las mareas ha removido cantidades insólitas de terreno, cientos de miles de toneladas de una playa a otra.
A medida que el oleaje arrancaba materiales también salían a la superficie objetos abandonados, a menudo peligrosos. Muchas de estas zonas agrestes, en Cornualles o cerca de Plymouth y otras ciudades del sur, han sido utilizadas a lo largo de la historia como campos de tiro.
Entre los materiales retirados por las unidades militares de explosivos se encuentran algunos explosivos del siglo XIX, que son más peligrosos por inestables. Con llamadas de emergencia cada día, la unidad de buceo de la Royal Navy ha tenido el doble de hallazgos que en el mismo periodo del año pasado.
Uno de los momentos más peligrosos fue la detonación de una mina antisubmarino británica que descubrieron unos surferos en Haverfordwest (Pembrokeshire, al suroeste), y también el manejo de una rara mina alemana de la Primera Guerra Mundial que apareció en una playa de Newquay, en Cornualles.
La BBC citaba a un comandante de la citada unidad, Chris O'Flahery, quien afirma que los explosivos hallados son, normalmente, de alta calidad.
«Los alemanes tenían ingenieros muy valiosos. Algunos de los artefactos ya no están en uso, pero muchos sí lo están, y lo probamos por la manera que tenemos de resolver el problema, detonándolos.
Aunque el explosivo se deteriora, la carga principal suele permanecer estable», añade el comandante. Preguntado por la razón que existe tras el hecho de que muy poca gente haya resultado herida a lo largo de los años, habiendo tantos artefactos enterrados, es muy expresivo: «Buena suerte».
En Braunton (Devon) fue hallada una granada la pasada semana entre las dunas castigadas por las vivas mareas y tuvo que ser detonada, después de cortar el tráfico en la zona. Afortunadamente, el matrimonio que la encontró tuvo la prudencia de avisar a las autoridades.
«Seguramente era una de los miles de granadas que se lanzaron aquí para simular en los entrenamientos lo que los pobres soldados iban a encontrar el día D en las playas de Francia», afirmó una de las personas que hicieron el hallazgo.
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