La “jevitada” impone su lenguaje

Si hay algo cierto, es que la lengua es como un ente vivo. Está en constante evolución. El lenguaje se transforma de abajo hacia arriba, el pueblo, las masas, el populacho, imponen el cambio.
Es común oír a los más encumbrados de la élite criolla utilizar un término que en algunos diccionarios ya aparece como dominicanismo: “resolver”. Y es que “resolver” en el lenguaje popular dominicano tiene accesibilidades múltiples.
El usarlo denota un esfuerzo en parecer llano y en tono con la gente joven, es decir, ser “jevito”, derivación degradante de joven que se asume como que se está “in”, en la cosa, pues se asume como capaz de hacer lo que tenga que hacer y cuando lo tenga que hacer. También se asume generoso y solucionador de problemas ajenos y se reputa buena gente y sin hambre.
Haciendo coro De que los jevitos se imponen, y aunque sea a fuerza de sacrificio del status quo para parecer sencillo, hay que hacerle el “coro” a la jerga en que se comunica el populacho, sin importar que el abismo estomacal que lo separa haga del vocablo una expresión más que evidente de que la abundancia o escasez de comida es directamente proporcional a la capacidad de pensar y la calidad de lo pensado.
Y es que para el jevito “hacer coro” es formar parte del grupo, es hacer sentir bien a la otra persona diciendo y haciendo lo mismo, aunque parezca idiota o no se esté de acuerdo.
Para bajar de tan alto no se necesita gran cosa, solo ser un tipo “ápero”, que no necesariamente significa estar en buena forma física, sino atreverse, no importa a qué, pero cuyo arrojo terminará siendo bien visto y valorado. Pero para ser “ápero” hay que ponerse la “pila”, o sea, detenerse, darle “caco”, respirar hondo y lanzarse.
Cuando se decide a lanzarse es porque se puso la pila, y salga bien o mal la jevitada asumirá que el tipo es un “ápero”. Pero “pila” significa muchas otras cosas, dependiendo el contexto. Se usa como adverbio de cantidad, si se tiene “pila e´cuarto” o “pila e´ novias”.
Como sinónimo de distancia cuando para llegar a un lugar hay que dar “pila e´pata” o “pila e´rueda”. Kinkín y San Valentín Aunque la jevitada es de por sí creativa cuando a la hora de hablar se trata, es en la relación con el sexo opuesto donde se observa una gran diversidad de invento lingüístico.
A propósito del Día de San Valentín, celebrado ayer, la idea que bailoteaba entre los machos era, además del regalito, darle “kinkín kinkín” a la novia. “kinkín kinkín” no es precisamente “kanquiña”, expresión esta última que se refiere básicamente a tunda o golpes.
“Kinkín kinkín” infiere a golpes también, pero unos golpes cuya rudeza depende del movimiento de la cadera masculina, la fuerza del hombrecito aquél y, para la ocasión, de lo efectivo que haya resultado el señor Viagra.
En definitiva, la cosa esta “jevi” si está bien. Por eso, al enamorarse lo más común es que el jevito le diga a la jevita “Toy puesto pa ti”, y si ella no le hace caso le recrimina con un “klk” (ké lo ké o qué es lo que hay o qué te pasa).
Como forma de insistencia, ante un rechazo, la forma más común de reiterar el deseo es “Me dio pa ti”, “Tú me tiene a toa”, y para hacer entender que lo vuelve loco, nada mejor que “Tú me desprograma”.
Ya cuando no le hacen caso y tira la toalla, para justificarse ante la jevitada se recurre al descrédito diciendo que la joven es una tipa “malagueta,” merecedora de un 911, entiéndase, una paliza que haya que llamar a los servicios de emergencia.
Por fa, plis Y no es que la jevitada no sea educada ni observe reglas de cortesía. Simplemente se facilitan la vida haciendo todo más corto, unas veces, y reiterando el deseo, otras. En una exposición en el aula de clase, el jevito se porta “normal”, usando el lenguaje de forma correcta, incluso el técnico propio de la materia de que se trate.
Pero ya fuera de clases, lo coloquial se traduce en referirse a la universidad como la “Univ”, y si de criticar a alguien se trata se le acusa de estar “Atrativo”, sin C, lo que no quiere decir que está guapo o que es agradadable, sino que está atrás, quedado, en el pasado.
Es común oír entre los varones, en los pasillos de la escuela, la expresión “Oye montro, dame un reviú”, por decir que le reenvíe algún archivo importante para hacer una tarea, mientras que las chicas son más sutiles y terminan sus solicitudes con un “Por fa´, plís”, que no es más que la abreviación de por favor, en español, y por si no entiende bien el idioma se lo repite en inglés: “please”.
A nivel de chateo En principio se decía que la Internet tiene su propio lenguaje, independiente del coloquial propio del pueblo, del común de la gente. Pero el devenir ha demostrado lo contrario. Muchas expresiones propias de las redes sociales y de los chats son extrapoladas hacia el habla.
Es así como ya es más usado el término Univ, e incluso, en reuniones de amigos hay quienes, ante un chiste malo, o bueno, en vez de reírse a carcajada simplemente expresa ¡Lol!, un acrónimo inglés que significa reírse en alta voz.
