Enero, corto para producir, pero largo para gastar

Enero es el sexto mes más largo del año en términos de días calendario, pero es laboralmente el más corto.
Cuatro días feriados hacen que el tiempo productivo se extinga rápidamente, sin modificar las fechas de consumo. En la práctica, enero resulta un mes corto para producir y largo para consumir.
Por esa particularidad, el manejo financiero de los presupuestos familiares, y hasta empresariales, resulta complicado en el inicio de cada año.
A ese esquema tradicional de consumir más y producir menos en el primer mes, en los últimos dos años se le agregó a enero, las alzas de precios en productos básicos, por efecto de la incorporación al círculo impositivo de nuevos bienes gravados por el ITBIS.
Se trata de productos que desde enero del 2013 perdieron la exención que los protegió por tres décadas del alcance del mayor impuesto al consumo que se aplica en el país.
Desde el ángulo económico, el primer mes es largo, porque los ingresos duran en realizarse y los gastos inician el período con un fuerte compromiso: el Día de los Reyes.
Para el sistema financiero, que hace su “agosto” en diciembre, el mes de enero se convierte en un período de aumento de liquidez, debido a que el sector empresarial disminuye su demanda de financiamiento y comienza a pagar sus deudas y a realizar depósitos aumentados por las ventas extraordinarias de fin de año y las de la primera semana del nuevo año. En la jerga bancaria se define a diciembre como el mes de los créditos y a enero como de depósitos.
Para los hacedores de políticas económicas, la vista se centra en enero, porque por lo regular es el mes de mayor alza de precios.
Aunque hay una ralentización del consumo, a consecuencia del equilibrio que se impone como compensación a los excesos que se producen en diciembre, el agotamiento de los inventarios hace que el primer mes del año herede una presión inflacionaria, causada por la relación entre oferta y demanda.
La producción y productividad del mes de enero se limita porque el período inicia con un día no laborable, el día primero, Año Nuevo. A la lista festiva se agrega casi inmediatamente el Día de Reyes, el 6, que puede caer a mediados de semana y entonces se rueda.
Para concluir el calendario de “días de fiestas”, el 21 es día de Nuestra Señora de la Altagracia, una de las festividades del mundo católico más celebrada en la República Dominicana, y cinco días más tarde, el 26, fecha del natalicio del padre de la patria, Juan Pablo Duarte.
En este año la conmemoración llega en una situación muy especial: el tema de la nacionalidad a partir del fallo del Tribunal Constitucional sobre la materia.
De esos días festivos, dos son inamovibles: Año Nuevo y el Día de Nuestra Señora de la Altagracia, por lo que son potencialmente interruptores de la frecuencia productiva.
Otra particularidad de este año para el mes de enero es que es el segundo año con aplicación y/o aumento de tasa para unos ocho productos básicos que la reforma fiscal de noviembre del 2012 incorporó al universo del ITBIS.
Esos productos, azúcar, chocolate, café, aceites comestibles, mantequilla y yogurt, debutaron en el ITBIS en enero del 2012 con una tasa reducida de un 8%, pero ya desde el día primero de este mes subieron de categoría, con una tasa de un 11%.
Esa mudanza de tasa, al ser aplicada a productos de consumo masivo y básicos, hará que enero sienta algún movimiento en el índice de precios al consumidor (IPC), el principal indicador de la inflación.
