Los 10 errores más comunes de los hombres al vestirse

Aunque sobre gustos no hay nada escrito, las reglas están para saltárselas y cada zona tiene sus peculiaridades, hay ciertas normas básicas en el vestir que se descuidan a menudo.

 

Evidentemente, no hay que seguirlas a rajatabla si no se quiere, pero aconsejamos prudencia a los menos duchos. Los políticos y actores son los primeros que no pasan la reválida.

 

1.Pantalones demasiado largos

Los pantalones de vestir para hombre deben tener un largo determinado y no caer en ser ni demasiado cortos ni demasiado largos. Ambas cosas fastidian un aspecto impecable.

 

El largo del pantalón por detrás debe llegar al tacón del zapato sin cubrirlo. Para evitar que por delante el pantalón «descanse» sobre el empeine creando un pliegue sobre el zapato – efecto Felipe González- es probablemente necesario que la parte delantera sea algo más corta que la trasera.

 

Es una buena idea tomar la medida de ambos lados y ambas piernas de manera independiente, ya que el cuerpo humano no es completamente simétrico.

 

2.Mangas de chaquetas y de camisas demasiado largas

Ni Don Pedro ni Periquillo: las mangas de las camisas deben sobresalir de las chaquetas entre 0.5 y 1.5 centímetros.

 

Cualquier camisa con las mangas más largas, creará un efecto extraño y llamativo. Más cortas, no se verán, con lo cual podemos llevarnos la impresión de que se lleva la chaqueta con camisa de manga corta, algo inaceptable en las reglas históricas de protocolo, ya que el puño blanco e inmaculado de la camisa indicaba una higiene adecuada y una cierta posición social.

 

Del mismo modo, las mangas de la chaqueta no deben recaer en la mano sino permanecer alrededor de la muñeca o en cualquier caso, según gustos, algo más arriba. El largo de mangas de la chaqueta sigue siendo una asignatura pendiente en los trajes de prêt-à-porter ya hechos.

 

3.Camisas y trajes muy anchos

Lo que realmente se nota de las camisas a medida, que recomendamos siempre que sea posible, es que se adaptan al cuerpo como un guante. Con un traje de chaqueta, la parte de la pechera de la camisa junto a la corbata es muy visible. Una camisa demasiado amplia en esa zona, con arrugas debidas al exceso de tejido, no da una impresión de atención al detalle.

 

Igualmente, las mangas de camisa demasiado anchas dan sensación de haber heredado la ropa del bisabuelo. Las chaquetas muy anchas, más dadas en la sastrería romana y napolitana que en la inglesa, son más cómodas pero menos elegantes. Si además sobran hombreras, el efecto «Increíble Hulk» será inevitable. A su vez, el largo de la parte baja de la chaqueta debe estar cerca del comienzo del dedo pulgar de la mano.

 

Lejos de disimular la curva de la felicidad, las chaquetas grandes engordan más que un entallado traje de corte británico. Al César lo que es del César. Del mismo modo, los pantalones muy amplios, de moda en las décadas de los años 20, 30 y 40 no son actualmente el estándar de la corrección. No favorecen y hacen más grueso y recortado al que los lleva.

 

4.Corbatas demasiado largas

Las corbatas, sean de sport o vestidas, de seda, lana o algodón, de rayas, lunares o colores sólidos, deben siempre tener un largo «oficial» por encima del pantalón o el cinturón, quedando en torno a 1 centímetro más arriba. Esto es independiente del tipo de nudo, del grosor de la corbata o de la altura del que la lleva.

 

En caso de tener que quitarse la corbata cuando se va con chaqueta, es mejor que la camisa no sea blanca sino que tenga alguna raya o cuadrito, o bien sea azul clara. Y, dicho sea de paso, de no ser un seguidor de la moda rabiosa ni dedicarse a ella, es mejor no quitarse la corbata del traje sin quitarse también la chaqueta.

 

5.Logotipos desproporcionados

Aunque la historia del sello, el emblema y el logotipo viene de antaño, en la actualidad abusamos de estos elementos. En la Francia del siglo XIV, cuando los nobles querían destacarse entre sí y de la burguesía naciente, les daba por utilizar iniciales y escudos de familia colocados en formas y lugares insospechados.

 

De ahí pasamos a la era de los logotipos de los años 80 y 90. Pero En 2013 ya es algo tarde para insistir con logotipos de caballos y lagartos tamaño mamut que nos convierten en carteles promocionales. La mesura es el punto a tener en cuenta a la hora de ser elegante.

 

6.Camisas con bolsillo debajo de chaqueta de vestir

Las camisas con bolsillo incluido son de “sport” precisamente, entre otros motivos, porque llevan el bolsillo para reunir los efectos personales básicos cuando no se lleva chaqueta.

 

De tal modo, al llevar una chaqueta, con sus múltiples bolsillos, ya no sería necesario llevar camisa con bolsillo. Esta es la razón detrás de la norma, por lo que llevar camisas con bolsillo con chaquetas de vestir principalmente muestra poca lógica o poca variedad en el armario del que la porta.

 

 

7.Mocasines con traje de vestir

Algo inaceptable en la mayor parte de los países del mundo, es un hábito frecuente en España. El protocolo internacional hace que los trajes de vestir se acompañen siempre de zapatos de cordones, especialmente si se viste de oscuro.

 

No obstante, todos los españoles, desde Rajoy hasta Botín, pasando por cualquier currito de turno, se han permitido siempre el lujo de llevar mocasines o zapatos tipo Sebago cuando van con traje oscuro, por lo que no nos queda otra que «aceptar pulpo como animal de compañía».

 

Esto es como la tauromaquia, tenemos que saber que aunque a nosotros nos guste y nos lo podamos permitir, fuera de nuestras fronteras no está bien visto y es mejor llevar unos zapatos tipo Oxford acordonados.

 

8.Zapatos marrones con traje oscuro por la noche

Es regla habitual que los zapatos de vestir de caballero no sean más claros que el traje que lleva, al igual que la camisa nunca debe ser más oscura que la chaqueta o el traje.

 

Es especialmente importante llevar calzado negro por la noche, cuando el traje de vestir oscuro se impone en ocasiones más formales.

 

En cambio, una moda establecida por el Duque de Windsor y ratificada por Gianni Agnelli, es llevar durante el día el traje azul oscuro o gris con zapatos marrones, que en el caso del italiano eran a menudo de ante y con suela de goma. Ni que decir tiene que los vecinos del país transalpino copiaron para siempre a «l’Avvocato».

 

9.Calcetines cortos, sin estirar o claros

Nada fastidia más rápido un aspecto cuidado que los errores en los calcetines. Político de turno cruza la pierna en reunión internacional y… ¡Pásmate! Aparece un trozo de canilla peluda y blanca en escena. No vamos a mencionar nombres.

 

Los calcetines deben ser altos hasta la rodilla, permanecer estirados y elegirse en colores oscuros como el azul marino, el negro o el gris. Para que permanezcan estirados deben tener un punto de elasticidad, evitando así recurrir a los ridículos «ligueros» de calcetín que utilizaban los brokers en la Nueva York de los 80 y que seguro usa más de un maniático aún. Por caridad, a evitar los talones gastados o el «tomate» de turno.

 

10.Cerrar todos los botones de la chaqueta

Los trajes de 3 botones son más vestidos que los de dos, pero no siempre favorecen a personas de menor estatura. En las chaquetas de dos botones, se abrocha el de arriba, mientras que en las de tres es el del medio el que permanece cerrado.

 

Las cruzadas permanecen abrochadas por completo. Los trajes con chaquetas de 3 botones son más formales y permiten llevar chaleco, al estilo de las «americanas» tradicionales. Los de chaquetas de dos botones se combinan más fácilmente con pantalones de sport.

Sección: Noticias
Publicada: Noviembre 5, 2013
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