Cuando la mano del hombre hace temblar la tierra

Hace un año el geólogo Miguel de las Doblas Lavigne advirtió que el proyecto de gas Castor causaría terremotos. "Ya entonces denuncié que era muy peligroso.

 

Es absolutamente aberrante e increíble que se hayan gastado 1.400 millones de euros sin haber realizado antes un estudio de sismología previo", asegura indignado el científico del Instituto de Geociencias de Madrid (CSIC-UCM).

 

Desde hace años, De las Doblas investiga la denominada sismicidad inducida, un término que los españoles han oído con frecuencia durante los últimos días a raíz de los cientos de terremotos que se han registrado en Castellón y que resume lo que los científicos saben desde hace décadas: que la actividad humana también es capaz de generar terremotos.

 

Y es que, al igual que es imposible evitar e incluso prever con cierta antelación los terremotos que se producen de forma natural, el hombre sí es capaz de generarlos.

 

La mayoría son de baja magnitud pero, como en cualquier seísmo, su impacto y su capacidad destructiva depende de la zona en la que se produzcan.

 

"La sismicidad inducida por la actividad humana se lleva reconociendo en la literatura científica desde hace muchas décadas, y sin embargo en nuestro país parece que no se toma en serio esta evidencia que incluye el llenado de los embalses, el 'fracking', la inyección de CO2 en la corteza, las explotaciones de las canteras, las extracciones de hidrocarburos en yacimientos estructurales o agua en los acuíferos profundos, etc.", explica.

 

Asimismo, señala que "en España fuimos de los primeros en reconocer la realidad de la sismicidad inducida, concretamente en términos de hidrosismicidad (relaciones entre el agua y los terremotos)".

 

De las Doblas y otros científicos sostienen que la sobreexplotación del acuífero del Guadalentín contribuyó de manera decisiva a desencadenar los terremotos de Lorca de mayo de 2011.

 

Otro caso, más reciente, es el de la Loma de Úbeda en Jaén: "Explicamos la serie sísmica anómala de más de 2.200 terremotos (de octubre 2012 a abril 2013) como resultado de una combinación de la sobreexplotación de los acuíferos profundos para el riego de los olivares y las intensas lluvias (sin precedentes en los últimos 30 años) de finales del 2012 a principios del 2013", afirma.

 

También la serie sísmica de la Sierra del Perdón (en Navarra), con unos 300 terremotos en dos meses, se ha vinculado a las fuertes lluvias.

 

"Desde hace años llevamos alertando de que la construcción de pantanos o la extracción de agua de forma descontrolada puede producir terremotos", recuerda Antonio Aretxabaleta, geólogo de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra y delegado del Colegio Oficial de Geólogos de España en Navarra, que asegura que sus propuestas no se han tomado en consideración. "Nos miran como bichos raros", señala.

 

Por lo que respecta al Proyecto Castor, Aretxabaleta también cree que la seríe sísmica se debe a la inyección de gas.

 

Según recuerda, Castellón es junto Valladolid y Vizcaya una de las provincias españolas con menor actividad sísmica: "Desde que existen registros históricos, hacia el año 1500 apenas se han registrado unos 70 terremotos en Castellón. En 15 días ha habido casi 400 terremotos", afirma.

Sección: Noticias
Publicada: Octubre 5, 2013
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