Llorar, un mal que te hace bien.

Aunque pareciera que llorar es negativo porque te hincha los ojos y arruina tu maquillaje, el hecho de derramar tus lagrimones puede ser una buena terapia para la salud mental y física.

Al llorar se liberan hormonas que ayudan a disminuir los niveles de angustia. El acto de llorar ha estado catalogado como señal de debilidad, de ahí que las personas en su mayoría los hombres, tiendan a reprimir el llanto.

Sin embargo, llorar es un acto liberador que disminuye la tensión. También ayuda al cuerpo humano a cumplir funciones básicas.

Con este se limpia el lagrimal, se consigue una adecuada hidratación del ojo y se liberan las hormonas del bienestar, eliminando adrenalina, noradrenalina y oxitocina, que provocan tranquilidad y bienestar.

De acuerdo con expertos, la risa y el llanto son dos maneras de expresar emociones y están vinculadas con la presión sanguínea, la aceleración y detención de la respiración, el enrojecimiento y la palidez del rostro. Ambas permiten descargar tensiones y poseen una función reguladora.

El llanto emocional (no el provocado por el dolor físico) cumple una función vital en el desarrollo humano.

Las reacciones químicas propias de las lágrimas activan determinadas hormonas que producen efecto tranquilizador beneficioso para el organismo, al eliminarse ciertas sustancias depresoras producidas por la sensación de tristeza.

Según la psicóloga clínica Sandra Balseca, llorar es importantísimo porque alivia el alma y permite al cuerpo autosanarse al dejar liberado el dolor que está contenido.

“Cuando un dolor emocional se queda guardado a la larga enferma algún órgano del cuerpo”, explica la experta.

Balseca recomienda a las madres no prohibirles el llanto a los niños argumentando que ‘los hombres no lloran’, pues esta costumbre les causa gran daño, les coarta el expresar sus emociones y sentimientos y a nivel físico podría bloquear su energía del chakra del corazón, lo que da como resultados problemas cardiacos e hipertensión arterial.