El segundo debate presidencial será virtual, pero Trump se niega a participar: "No voy a perder mi tiempo"
El segundo debate presidencial entre entre Joe Biden, candidato demócrata, y el presidente, Donald Trump, se celebrará por primera vez de manera virtual debido a la pandemia de coronavirus, con el fin de "proteger la salud y la seguridad de todos los involucrados" en el evento, programado para el 15 de octubre, según anunció este jueves la Comisión de Debates Presidenciales (CPD, por su sigla en inglés).
Trump no tardó en reaccionar y declaró que no participará en un debate virtual: "No voy a perder mi tiempo", aseguró la mañana de este jueves en Fox Business. El mandatario, quien dio positivo al coronavirus hace tan solo una semana, agregó que no se va a "sentar frente a una computadora" en un debate que calificó de "ridículo". "Están tratando de proteger a Biden", añadió.
La campaña de Biden sí aceptó el cambio de reglas el jueves temprano. "El vicepresidente Biden espera hablar directamente con el pueblo estadounidense y comparar su plan para unir al país y reconstruir mejor con el fallido liderazgo de Donald Trump sobre el coronavirus,", aseguró la subdirectora de campaña Kate Bedingfield.
[Trump vs Biden: el primer debate termina en un caos y lo consideran el peor de la historia en EE.UU.] El presidente de la CPD, Frank Fahrenkopf, señaló a NBC News: "Ningún candidato presidencial está obligado a debatir. Jimmy Carter se negó a hacerlo durante el primer debate en 1980.
Depende del candidato individual". El segundo debate presidencial iba a ser, según lo anunciado por la CPD, como una reunión municipal, en la que los candidatos participarían desde lugares remotos.
El moderador, Steve Scully, de la cadena C-SPAN, estará ubicado en el Centro Adrienne Arsht para las Artes Escénicas del Condado de Miami-Dade, Florida. El equipo de reporteros que acompaña al presidente cubrirá el evento.
Este jueves se celebró el primer cara a cara entre los candidatos a la vicepresidencia, la senadora demócrata Kamala Harris y el vicepresidente Mike Pence. A diferencia del primer debate presidencial, trufado de interrupciones e insultos, este resultó más civilizado. A principios de esta semana, Biden señaló que si Trump seguía siendo contagioso, el debate podía no tener lugar como estaba previsto.
"No sé cuáles serán exactamente las reglas y no estoy seguro de cuál es el estado del presidente Trump", dijo Biden a los periodistas en Pennsylvania y añadió que "esperaba poder debatir con él". "Vamos a tener que seguir unas pautas muy estrictas". Más temprano ese día, Trump tuiteó que estaba "esperando" el debate.
Este cambio se produce cuando Trump continúa en la Casa Blanca el tratamiento contra el COVID-19, después de haber sido dado de alta el lunes del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed.
Los médicos del presidente aseguraron que se está recuperando, aunque recibió una terapia de esteroides que se usa típicamente en los casos más graves de COVID-19. Trump se enfermó el jueves pasado, según la Casa Blanca, solo 48 horas después del primer debate con Biden. Tras ello, el demócrata se sometió a varias pruebas de COVID-19, en las que salió negativo, antes de volver a la campaña.
Trump todavía era potencialmente contagioso cuando fue dado de alta del hospital el lunes, pero sus médicos no han proporcionado ninguna actualización detallada sobre su estado. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), aquellos con síntomas leves o moderados pueden ser contagiosos y deben permanecer aislados por lo menos 10 días.
Hasta ahora, 23 personas cercanas a la Casa Blanca y tres senadores republicanos han dado positivo al coronavirus. No es el primer debate en el que los candidatos no están en la misma sala. En 1960, el tercer debate presidencial entre Richard Nixon y John F. Kennedy fue transmitido con los dos candidatos en costas opuestas.