Los Lakers son favoritos ante sorprendente Denver
El alero estrella LeBron James está de vuelta a las finales de conferencia, nada menos que por undécima vez, pero hará su debut en las del Oeste con su equipo de Los Angeles Lakers cuando a partir, de hoy, viernes, se enfrenten a los sorpresivos Nuggets de Denver. Todo estaba listo para el duelo entre los Lakers ante sus vecinos de los Clippers, ambos cargados de estrellas
James, Anthony Davis, Kawhi Leonard y Paul George- a base de contratos multimillonarios. Era el choque ‘deseado’ y ‘soñado’ por la NBA y las cadenas de televisión que tienen los derechos de trasmisión de los partidos que se disputan en la burbuja de Orlando, al considerar que se trataba de unas Finales anticipadas después de la eliminación de los Bucks de Milwaukee en la Conferencia Este.
Pero en medio se cruzaron los jóvenes Nuggets, con el base canadiense Jamal Murray y el pívot serbio Nikola Jokic convertidos en héroes deportivos, que remontaron una desventaja de 1-3 en la serie para ganarla 4-3 y hacer historia, al ser el primer equipo que consigue superar esa desventaja en dos series consecutivas.
La hazaña deportiva lograda por los Nuggets no ha sido suficiente para darle el crédito de equipo ganador que puede imponerse a cualquier rival y por el contrario salen de nuevo colocados como los perdedores de la serie.
“Todo está bien con nosotros”, comentó Murray, que anotó 40 puntos en el decisivo séptimo partido ante los Clippers. “De momento, ya hemos tapado muchas bocas y vamos a seguir por el mismo camino ante tanto adivinador”.
EN PUNTOS
Desafío mayor. El entrenador de los Nuggets, Michael Malone, también fue directo al admitir que el desafío ante los Lakers es el mayor que han tenido, aunque no sean los favoritos. Factor LeBron.
Los Lakers cuentan con todo a su favor, empezando con la presencia de James, quien a sus 35 años, ha recuperado su mejor nivel de juego.
Fuerza mental.
Lo que más preocupa a James y a los Lakers es la fuerza mental con la que llegan los Nuggets a la eliminatoria en la que de nuevo no habrá aficionados.