“Jojo Rabbit”, una bella lección de tolerancia
Un tono que maneja con cuidado al tratar un tema tan delicado como el antisemitismo de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. La historia del niño alemán Johannes Betzler, miembro entusiasta de las juventudes hitlerianas, envenenado con la doctrina nazi, es una apología a lo poderoso que puede ser la inyección de cualquier ideología, buena o mala, en la mente de un menor.
Roman Griffin Davis (Londres, Reino Unido; 2007) encarna de manera encantadora al pequeño Jojo, quien verá como su apego y admiración por Adolfo Hitler son puestos a prueba cuando se encuentra con una chica judía, a la cual enfrentará los disparatados mitos que sobre los de ascendencia hebrea divulgaron durante ese momento histórico en Alemania.
Esto de una forma ligera, pero con unos diálogos inteligentes, inquisitivos, irónicos y divertidos, que junto a la ágil edición y situaciones del filme, hacen que la visualización de “Jojo Rabbit” sea una experiencia más que entretenida y amena.
La película, fotografiada por Mihai Mälaimare Jr., es visualmente hermosa, con una excelente combinación de imagen y sonido, movimientos de cámara que da mucho gusto ver (la escena del paseo en bicicleta o el montaje del entrenamiento en el campamento de las juventudes hitlerianas, al compás de “I Don’t Wanna Grow Up”, de Tom Waits).
Y aquí hay otro punto que aligera la trama, con música autoría de Michael Giacchino (responsables de las partituras de las películas animadas “Up” y “Ratatouille” o las de ciencia ficción “Rogue One: una historia de Star Wars” y “Star Trek”) y del pop como la versión alemana de “I Wanna Hold Your Hand”, de The Beatles o “Heroes” de David Bowie, haciendo la historia más caricaturesca.
Y hacer una caricatura de los oscuros agentes de la Gestapo que en una de las escenas más importantes de la cinta, con la broma del saludo “Hail, Hitler”, repetido no sé cuántas veces al ritmo de los cortes de cámara, es un trabajo que Waititi ha logrado hacer con suma gracia, o la escena de la granada, que a pesar de su carga dramática, nos saca una carcajada.
Las actuaciones son una delicia, y lo satírico es excepcional. Desde los chicos Griffin Davis y Archie Yates, como Yorki, el mejor amigo de Jojo (ambos muy divertidos), Scarlett Johansson, Thomasin McKenzie, Taika Waititi (como una caricatura de Adolf Hitler); Sam Rockwell, Rebel Wilson, Stephen Merchant y Alfie Allen.