El actor forma parte del elenco de la cinta "Black Panther"

Pese a que el ascenso a la fama de Michael B. Jordan parece imparable, después de que se haya asegurado sendos papeles en la franquicia ‘Creed‘ y en el universo de la factoría Marvel, el actor de 30 años aún no se ha mudado a una impresionante mansión en Los Ángeles, como suele ser costumbre entre las grandes promesas de Hollywood, y en su lugar sigue viviendo en casa de sus padres.

“Adoro a mis padres, de verdad que sí, pero ahora mismo tenemos una relación más parecida a la de unos compañeros de piso que a cualquier otra cosa, lo cual resulta interesante“, ha reflexionado el atractivo intérprete a su paso por el programa de Ellen DeGeneres, en el que ha sopesado los pros y los contras de no haber abandonado aún el nido. “Es cierto que cuentas con comidas caseras, pero al mismo tiempo también está la parte de los encuentros por el pasillo en mitad de la noche, que a veces pueden llegar a ser muy incómodos“

Por si alguien no podía imaginarse por sí mismo el escenario en que se producirían dichos encontronazos, el actor accedió a dar algún detalle más al respecto: “A veces alguien no lleva camisa, o quizá haya cierto grado de desnudez“, añadió antes de zanjar rápidamente el tema.

Por otra parte, tampoco es que el actor -que reconoce estar soltero y sin compromiso- haya tenido la oportunidad de socializar y conocer a muchas mujeres que invitar a su casa debido al intenso ritmo de entrenamiento que siguió antes del rodaje de su último proyecto, ‘Black Panther‘, que le obligaba seguir una estricta dieta y a beber cinco litros de agua diarios.

“Desde el momento en que me ofrecieron la película, decidí dedicarme en cuerpo y alma a ponerme en forma y convertirme en el personaje. Entrenaba en sesiones dos y tres veces al día, y tenía que hacer seis comidas. Y así resulta muy complicado ir a un club o a fiestas, porque de pronto tienes que decir: ‘Es hora de comer, tengo que ir a calentar esto en el microondas y ponerme a comer‘”.