La elección de los presentadores de los Premios Soberano (Opinión)

Anoche fueron presentados Nashla Bogaert y Roberto Ángel Salcedo como los presentadores de Premios Soberano 2018, sobre ellos recae la responsabilidad de servir como hilo conductor del evento donde se reconoce la clase artística dominicana bajo los criterios de la Asociación Nacional de Cronistas de Arte, Acroarte, con el patrocinio de la Cervecería Nacional Dominicana.

En el caso de Nashla Bogaert entiendo que reúne todas las condiciones para hacer un buen trabajo por la experiencia que tiene el los medios, por la manera en que comunica, su éxito en el cine y porque es bueno que a la juventud se le de la debida participación que tanto se exige en miras a renovar el premio que necesita captar audiencia para sostenerse en el transcurso de los años, aunque la gente critica, casi siempre termina viendo el Soberano.

Sobre Roberto Ángel Salcedo quien ya tuvo esta oportunidad en el 2011 cuando todavía se llamaba Premios Casandra, hoy vuelve al centro de atención, ciertamente tiene todas las habilidades de un buen y experimentado presentador, que por demás goza de popularidad dentro de un segmento de la población que consume el cine que realiza.

No hay quejas algunas sobre la elección, al menos de mi parte, pero cuando tocamos el tema de las relaciones públicas es que la puerca retuerce el rabo en Acroarte, las relaciones públicas no son malas, representan ingresos adicionales para los periodistas que tienen necesidades económicas y de superación, en el caso de Máximo Jiménez, ha trabajado, por que ya no trabaja, con Roberto Ángel Salcedo, Emelyn Baldera, su esposa, es la actual presidenta de la Asociación de Cronistas de Arte, fue bajo la producción de René Brea y la presidencia de Máximo Jiménez que se eligió a Roberto Ángel como presentador de los premios en 2011. Entonces nos preguntamos si la elección de los presentadores recae sobre el productor que en este caso es Alberto Zayas o de la directiva de Acroarte.

Cada presidente de Acroarte tiene plena libertad de trabajar con quien o quienes quieran, porque es algo que ha pasado a través de los años, no es la primera vez, entiendo que a veces hay que ser cuidadosos para que ciertas cosas no se vean como imposiciones debido al peso que tienen las relaciones.