Reinbou, poema fílmico que une buen cine y rica literatura

Tierno y efectivo poema visual, con una gerencia artística cuidada al extremo y que resulta técnicamente impecable. Eric Vásquez es el gran descubrimiento del cine local de vocación internacional.

 

Tras un proceso de casi cuatro años, desde en que sus productores leyeron la novela de Pedro Cabiya hasta que ha sido finalizada y exhibida en premier e, el proceso que ha Reinbou le llevó por una gama y variada de sentidos y sentimientos, de apoyos oportunos y de una capacidad inherente a sus patrones de producción que eleva la calidad de lo que el cine dominicano puede dar.

 

Tras verla, la sensación que queda es la de una plácida complacencia y un claro convencimiento: somos capaces de hacer un cine de alta factura artística y con garras como para ensimismar cualquier público de cualquier país.

 

Filmada en El Cabreto, Municipio de Guerra, la historia de Ángel Maceta, un niño de 7 años ha valido cada instante de trabajo y cada jornada de sus afanes.

 

La producción se destaca, además de por su historia, por el cuidado profesional llevado al extremo en cada uno de sus aspectos técnicos, en los que resalta la co-dirección de Maler y el español Andrés Curbelo (para ambos su ópera prima), la fotografía del español Marc Miró, egresado de la Escuela Superior de Arte de Cataluya, quien logra una paleta cromática que expresa secuencias que van de la acción hasta la tierna poesía de sus imágenes para los tiempos de la historia y la fantástica dirección de arte y el diseño de la producción del puertorriqueño Raffi Mercado, (nos parece que salvo lo que logró en La Gunguna, Ernesto Alemany, 2015 ) lo mejor que ha logrado.

 

Profesionalmente notable es el universo sonoro: su diseño general por Alejandro Castillo, la música que logra Nicolás Sorín y el directo de Franklin Hernández. La edición, de Nino Martínez Sosa, es precisa y limpia, evitando vericuetos y ripios fílmicos innecesarios.

 

El gran puntal interpretativo de Reinbou es el niño Erick Vásquez (Ángel Maceta), con quien se logra plasmar, gracias a una acertada dirección actoral y a las condiciones sorprendentes de este muchachito, ser en busca de un padre perdido.

 

En Eric Vásquez se dan una serie de condiciones de excepción para el cine criollo: brillantes registros faciales, el tono de su la mirada, el gesto al moverse, dan la ida de lo justo que fue su determinación en casting.

 

Nalsha rompe con la ventaja implícita en ella de su sensual imagen y el poder de su atractivo físico, para encarnar una madre soltera empobrecida y endurecida por los golpes de la vida. Sin ese atractivo, le quedó un amplio margen para demostrar que se está frente a una profesional de la actuación. Maler desempeña sus dos roles con entrega, compartiendo la dirección del proyecto. Héctor Aníbal, que junto a Fank Perozo, es uno de los actores de mayor presencia en las producciones dominicanas, cumple su papel con credibilidad. Gerardo Mercedes (El Cuervo) tiene oportunidad de un papel que demuestra su versatilidad y talentos inexplorados. Juan Carlos Pichardo, irreconocible, convence de pleno derecho con su jardinero de campos de golf.

 

 

Sección: Cine'
Publicada: March 14, 2017
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