Los Cavs y el dulce final de la sequía de campeonatos en Cleveland
La historia deportiva de Cleveland está llena de algunos éxitos contados y muchas, muchas lágrimas. La ciudad de los Cavaliers, los Browns (NFL) y los Indios (MLB) ha sufrido algunos de los momentos más devastadores de la historia reciente del deporte estadounidense sin disfrutar a cambio del dulce sabor de la victoria. El primer título desde la fundación de los Cavs en 1970 cierra una sequía que duraba más de medio siglo.
En 1964, los Browns de Jim Brown, quizás el mejor jugador de fútbol americano de la historia, conseguían su 8º campeonato en 18 años ante los Baltimore Colts. Consolidados como una franquicia ganadora, posiblemente no imaginaban que sería su último título hasta la actualidad y, de paso, el último que celebró Cleveland hasta bien entrado el siglo XXI. En medio, varios momentos aislados, sin relación directa, que alimentaron la leyenda de una maldición contra Cleveland.
Estos dramas están tan incrustados en la cultura deportiva de la ciudad que solo necesitan una palabra o un nombre propio, a veces con apellido, para describirlo: "The Fumble", en el que Earnest Byner perdió el balón a punto de anotar un necesario touchdown para mantener a sus Browns con opciones de volver a la Superbowl en 1989; "The Shot", con el que Michael Jordan eliminaba a los mejores Cavs previos a LeBron James con una canasta en el último segundo; Edgar Rentería, el tímido bateador colombiano que privó a los favoritos Indios de ganar la Serie Mundial con su sencillo de oro en 1997 y, por supuesto, "The Decision"...
Nadie puede explicar mejor la montaña rusa de sensaciones vivida en Cleveland que LeBron James. De ser el elegido para romper la maldición a ser el villano número 1 de la ciudad, para regresar años después como un héroe para la eternidad. A su vez, el campeonato de 2016 es para los Cavs el momento más importante de una franquicia con demasiados años de mediocridad, terribles decisiones y proyectos fallidos. Una dinámica tradicionalmente perdedora que, por fin, el hijo pródigo del noreste de Ohio ha cambiado.
La era de Mr. Cavalier
Fundados en 1970 como equipo de expansión en la NBA, los Cavaliers tuvieron sus primeros buenos momentos a mediados de su primera década de existencia, llegando incluso a unas Finales del Este perdidas en 1976 ante los Celtics de John Havlicek y Dave Cowens. La excelente defensa organizada por su entrenador Bill Fitch dio lustre a un equipo que, además, podía haber disfrutado de una de las grandes estrellas de los 70.
Austin Carr, seleccionado con el número 1 del draft de 1971, era el futuro de Cleveland. Excelso anotador en Notre Dame, solo superado por el legendario Pete Maravich, las lesiones lastraron su carrera. Aunque fue All-Star en 1974, Carr nunca llegó a ser el jugador dominante que los Cavs esperaban y que hubiera podido darles el empuje extra para soñar con un título. Pese a quedar como uno de los jugadores más queridos de la historia de la franquicia ("Mr. Cavalier" aún está vinculado al equipo como comentarista televisivo), un Austin Carr físicamente al 100% fue quizás lo que separó a Cleveland de un campeonato en la caótica NBA de los 70.