Consuman remontada al más puro estilo de los Warriors
La detonación de júbilo comenzó en el Oracle Arena, cuando Stephen Curry se apoderó del esférico en los segundos finales del partido. Ya todo estaba visto para sentencia (96-88), los californianos se habían clasificado para disputar las Finales de la NBA ante Cleveland Cavaliers por segundo año al hilo.
El dos veces Jugador Más Valioso fue el encargado de encender una llama de alegría que se extendió a lo largo y ancho de la ciudad de Oakland, de la bahía de San Francisco, superó el valle de Napa y cruzó mares y océanos para impresionar al mundo entero. Curry se apretó las vestiduras y desplegó una exhibición que valió la clasificación: había anotado 36 puntos para culminar una remontada histórica después de que los Warriors se convirtieran en el tercer equipo que defiende campeonato y es capaz de remontar un 1-3 en contra.
“No sólo estuvimos 3-1 abajo, sino que nos vencieron claramente en dos partidos consecutivos. Obviamente todo comenzó con el Juego 5, cuando nos redescubrimos a nosotros mismos y nuestro estilo. El Juego 6 fue mágico. Lo que Klay (Thompson) hizo fue impresionante, gracias a él tuvimos la oportunidad esta noche”, afirmó Steve Kerr.
Oklahoma City luchó como el equipo que lleva persiguiendo el campeonato durante un lustro de subidas y bajadas, de lesiones e ilusiones. Tuvieron la clasificación a las que hubieran sido sus segundas Finales en cuatro años, pero cayeron en encuentro final de la serie simple y llanamente porque los Warriors pusieron en liza todo su potencial desde el perímetro. Los culpables de formalizar los lanzamientos exteriores fueron el propio Curry (7-de-12) y Klay Thompson (21 puntos y 6-de-11 desde el perímetro).