Jóvenes rechazadas por color de piel someten dueños del bar "La Chismosa"

Las dos jóvenes afirmaron que después de su llegada, otras personas invitadas a la misma actividad fueron aceptadas, sin embargo las personas de piel oscura recibieron el mismo trato.

 

En momentos en que el Procurador General de la República ha dispuesto que se ponga fin a la práctica de discriminar a las personas por su apariencia física en los restaurantes y lugares de diversión abiertos al público, una denuncia formal en contra del gerente supervisor y el portero del bar La Chismosa fue interpuesta en la tarde de este jueves por alegada discriminación racial contra dos ciudadanas.

 

Las doctoras Jazmín Izquierdo y Yocasta Carmona consideraron como un hecho discriminatorio que el pasado sábado 11 de mayo se les haya impedido la entrada al establecimiento por su color de piel, según afirmaron.

 

Las querellantes explicaron que aproximadamente a las 10:30 de la noche del sábado 11 llegaron al establecimiento donde habían sido invitadas por una compañera para celebrar una fiesta de cumpleaños.

 

Al disponerse a entrar al bar, relatan que el portero les impidió la entrada sin justificación alguna, “No fue por nuestra ropa porque estábamos vestidas adecuada, esperamos a fuera media hora mientras nos decían que tenían que revisar una lista que no existía, nos dimos cuenta que fue por nuestro color de piel”, denunció Yocasta Carmona.

 

Las dos jóvenes afirmaron que después de su llegada, otras personas invitadas a la misma actividad fueron aceptadas, sin embargo las personas de piel oscura recibieron el mismo trato.

 

“En lo que estábamos ahí vi como llegaron una joven de tez oscura y un joven alto con color de piel más claro y a la joven le pusieron la mano en el hombro como diciéndole que no podía entrar y a él si le iban a permitir la entrada… eso se siento horrible”, dijo Izquierdo al salir de la Procuraduría General de la República (PGA).

 

El caso se dio a conocer cuando una de las afectadas publicó a través de las redes sociales el estado de indignación en el que se sentía.

 

Los abogados Bartolomé Pujals y Darwin Smith, representantes de las querellantes, aseguraron llevar el caso hasta las últimas instancias.

 

La denuncia fue hecha ante la Unidad de Derechos Humanos de la Procuraduría General de la República.

 

El coordinador nacional de protección al ciudadano de la unidad de derechos humanos de la PGA, Alberto Caamaño, dijo que harán las investigaciones de lugar y permitirán a la parte acusada presentar su testimonio para que el Ministerio Público pueda actuar de manera justa.

 

Caamaño, quien recibió la querella en nombre de la procuradora fiscal de la unidad, Danisa Cruz, especificó que la ley establece penas drásticas en caso de que se comprueben hechos de discriminación racial.

 

Comunicado de Jazmín Izquierdo

 

Cordiales saludos:

 

Soy la Dra. Jazmín E. Izquierdo -egresada de UNIBE- orgullosamente dominicana y a la vez, ciudadana Norteamericana, donde he vivido la mayoría de mi vida. Desde mi regreso de UNIBE, trabajo en la Clínica Corazones Unidos como Médico General. En los 5, casi 6 años que he vivido en este país, donde estudie Medicina, nunca he tenido malas experiencias de racismo, ni pensé que me pasaría hasta ayer.

 

Anoche –sábado 11 de mayo 2013- llegamos al establecimiento “La Chismosa Bar”, junto a los doctores Yocasta Carmona (Canadiense) Juan Olmos (también egresados de UNIBE). Somos personas de color mestizo y orgulloso de serlo. Como profesionales, no tenemos tiempo para salir, pero era el cumpleaños de una compañera de estudios, de origen puertorriqueño, Odontóloga, igualmente egresada de UNIBE. Ella reservó mesas, con US$250, para sus invitados especiales.

 

Al llegar a la entrada del bar, le digo al encargado de la puerta que estamos ahí para atender una fiesta de cumpleaños. El empleado “bouncer” de más o menos 6' 4" de estatura y piel oscura, nos pregunta el nombre de la cumpleañera. El se da la vuelta para hablar con una joven, delgada con el pelo decolorado y nos dice que no podemos entrar.

 

Le repetimos que estamos ahí por una fiesta privada, y él responde que solo sigue órdenes. Pasaron unos 10 minutos y veo que no nos dicen más nada. Al llegar personas de tez blanca, los deja entrar. En este momento, me rehusó pensar que en estos tiempos todavía existiría este tipo de degradación y me quedo en el mismo lugar esperando por lo menos una explicación digna.

 

A los 15 minutos llegó una colega de la festejada, ella es puertorriqueña, también de color mestizo, con su novio a su lado le dicen que están ahí para atender la fiesta de cumpleaños. Se le negó la entrada al bar. Ella le explica que está ahí para esa fiesta y el “bouncer” le responde que no la puede dejar entrar.

 

Pasaron otros 10 minutos, llegan colegas de la festejada, Cubanos, "blancos", quienes van al mismo cumpleaños, y los deja entrar. En este momento me doy cuenta que no es por cuestión de fiesta privada, ni cuantas personas están en el establecimiento, pero si el color de piel.

 

Llegan más personas de “color claro”, e igualmente los dejan entrar. Le pregunto a la joven empleada por que están dejando a las otras personas entrar sí ya teníamos mucho tiempo esperando lo mismo, pero ella me ignoro y dio la vuelta. Uno de los dueños estaba al lado de ella y nos miraba con una sonrisa de malicia, pero aún no quería aceptar que en mi país, donde nací, me demuestren tal inhumanidad y discriminación.

 

Después, llegan un grupo de jóvenes de de varios tonos de piel y mi amiga, la doctora Carmona, escucha que la joven le dice al otro empleado, "Pero tú no ves? El único que puede entrar es ese de alante, es el que esta mejorcito (piel clara), no ves lo que es que hay detrás de él?"; refiriéndose a 2 jóvenes de color mestizo quienes estaban a mi lado en esos momentos.

 

Al saber que ella dijo esas repugnantes y desagradables palabras, decidimos irnos, pero antes de dar la vuelta le tome fotos a las caras de los trabajadores y del dueño/socio que estaba presente. Ellos con vergüenza volteaban la cabeza para no ser fotografiados.

 

Y lo último que hizo la joven empleada fue reírse en nuestras caras como si fuéramos basura. No puedo creer que todavía exista este tipo de trato a otro ser humanó y mucho menos en este país donde somos la mayoría personas de color. Lo que está pasando en este país explica el retardo social, que aún permanece. Da asco y pena que personas actúen como tal.

 

El color de piel no se mide el bolsillo, no mide el estatus socio-económico de esa persona! Espero ver estos empleados y socios de La Chismosa Bar en una sala de emergencias algún día, y con buen trato e educación que tengo, le diría... "Y ahora que harás con tu color de piel?"

 

 

 

Sección: Noticias
Publicada: Mayo 17, 2013
Fuente: Acento.com.do
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