¡Duelo de lágrimas! ¿Paper Towns te hará llorar tanto como The Fault in Our Stars?
La vimos, así que te podemos advertir ciertas cosas…
Agarren sus pañuelos…
Cualquiera que haya visto The Fault in Our Stars sabe del fenómeno que es llorar en público. Es devastador y no hay otra forma de describirlo.
Somos del grupo que vio esa peli sin haber leído la novela de John Green antes.
Por si acaso no conoces la trama: La historia cuenta el romance entre el personaje de Shailene Woodley, una niña con cáncer, con un chico que solía padecer la enfermedad. Luego viajan a Ámsterdam, se besan en un banco, y uno casi se siente preparado para la inminente muerte de la chica llamada Hazel, y después… resulta que no es ella quien fallece. Pero no diremos más para no caer en un spoiler ante aquellas extrañas personas que no han visto el filme todavía (si es que existen).
En resumen: lloramos. Y mucho. Demasiado. En la sala de cine. Y en el auto rumbo a casa. Y al día siguiente al recordarla. Lloramos y volvimos a llorar…
¿Recuerdas esa escena de Diane Keaton en Alguien tiene que ceder donde ella llora por todos los Hamptons? Bueno algo así nos ocurrió.
Como nos gusta aprender de nuestros errores, fuimos a ver Paper Towns más preparados. Y tampoco habíamos leído el libro.
Si no conoces la trama de esta peli, tampoco podemos decirte que gira en torno a un suicidio, un adolescente que huye, una graduación y varias rupturas amorosas. ¿Es tan trágica como la peli que la antecedió? No.
Al principio uno traga fuerte, sólo por simple anticipación. El público asume y se prepara para la tragedia total. Nosotros estábamos convencidos de que alguien iba a morir: podía ser cualquiera.
(Pensamos que sería Margo, el amor de larga data de Quentin).
Pero el momento nunca llega. Nos quedamos en la sala de cine viendo cómo Margo desaparece, vimos a Quentin intentar descifrar las claves que ella dejó… y nada.
Con cada minuto que pasaba y nuestros ojos permanecían secos, nos molestamos ante la falta de lágrimas. No esperábamos ver simplemente a un grupo de adolescentes bromear y perder su virginidad. Y ciertamente tampoco, que encontraran exitosamente a Margo. Alguien tenía que morir.
Esto es lo que John Green hace a la gente. Sin caer en spoilers, simplemente digamos que nunca llegó la tragedia. No hubo lágrimas pero sí risas nostálgicas y momentos en que se nos aguaron los ojos. Una fiesta de emociones, pues.
Y así es John Green, justo cuando crees que te vas a molestar, logra cerrar una peli de una forma que te muestra todas las tragedias de crecer y seguir adelante. Incluso hay una escena de reflexión, con una música de Bon Iver como fondo.
Todos añoraremos la juventud perdida.
Al final es bueno que Paper Towns no sea tan trágica después de todo. Así podemos conservar parte de nuestra dignidad.