¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?
MANUEL GÓMEZ PEREIRA NOS REGALABA EN EL AÑO 1993 EL TÍTULO DE ESTA GENIAL PELÍCULA. ESTA FRASE NO HA CAÍDO EN SACO ROTO CON EL PASO DEL TIEMPO Y POR ELLO QUIERO USARLA PARA DAR SIGNIFICADO A MI TEORÍA SOBRE IDEALIZAR UNA RELACIÓN SEXUAL
En los años en los que llevo compartiendo historias de amor con amigas me he dado cuenta de que muchas de ellas han sido un producto creado por su mente y sus ganas de querer estar con alguien. Espero que ninguna de ellas se dé por aludida, pero os voy a contar la historia de Bea (nombre ficticio).
Bea tenía pareja desde hacía 4 años. Nunca se había sentido deseada pero sí querida y de ello se alimentaba. Una noche conoció a Kike. El típico chico desaliñado pero atractivo y que caía genial a todo el mundo. Kike era un hombre discreto y a pesar de que nunca contaba sus hazañas con las mujeres bien era sabido que era un ‘picha brava’. Poco a poco engatusó a Bea, quien se obsesionó con él, algo que fue destruyendo la pareja que había formado años atrás con su novio.
Tanto era el amor repentino que dejaba todo para ir a casa de Kike, creando una cadena de mentiras que al final se acababa creyendo hasta ella misma. Su amante, sin embargo, nunca le había ofrecido otra cosa que no fuera sexo, pero ella le había idealizado. Cuando estaba dispuesta a dejarlo todo por él, el chico ya estaba con otra persona a la que sí amaba.
MÁS ALLÁ DE LAS SÁBANAS
No me digáis que esto no os ha pasado o no conocéis una historia parecida. Bea podemos ser cada uno de nosotros. El amor es tan traicionero en ocasiones que a veces nos ciega siendo nosotros incapaces de ver lo que hay más allá de las sábanas de una cama. Debemos ser capaces de diferenciar los motivos por los que una persona quiere quedar con nosotros/as.
En este caso, por ejemplo, no podemos echar la culpa a Kike del desengaño de Bea. Ella misma creo una historia que se tragó hasta el corvejón. Ella era la que quedaba y se quedaba vacía después de cada encuentro y a pesar de las esperas a veces trimestrales, estaba dispuesta a quedar para otra cita, según Bea, de amor. Es este punto fue cuando me paré y pregunté a mi amiga: «¿Por qué lo llamas amor cuando quieres decir sexo?» Y entonces se le cayó la venda de los ojos.
LAS REGLAS DEL AMOR
Cuando alguien nos ama deja todo por estar con la persona a la que quiere. No hay distancias en el tiempo. No hay sexo sin beso de despedida y por supuesto no hay un ‘ya te llamaré’ porque se da por hecho que os veréis mañana.
Debemos tener cuidado en no hacernos castillos en el cielo como cuando en la adolescencia pensábamos que por una simple mirada el chico que nos gustaba estaba por nosotros. Ahora ya somos adultos y tenemos que aprender a diferenciar el sexo del amor, ya que por mucho que nos duela, no siempre tiene que ir unido.