¿Sabías tú que los dientes envejecen?
En la actualidad existen un sinnúmero de teorías que tratan de explicar el proceso del envejecimiento humano, pero hasta el día de hoy, ninguna de ellas aclara en su totalidad este complicado fenómeno universal, natural, progresivo, individual e irreversible. Este proceso es y continuará siendo para el ser humano uno de los máximos desafíos por conocer a profundidad.
Las evidencias faciales del aumento de la edad incluyen arrugas, surcos, piel flácida, manchas y puntos oscuros en la cara, así como también el encanecimiento del cabello.
La boca como parte del rostro aporta una importante cuota en la estética del ser humano, ya que no es ajena a sufrir cambios propios del proceso de envejecimiento, por lo que podemos diferenciar perfectamente una sonrisa joven de una sonrisa adulta envejecida.
La sonrisa joven se caracteriza por mostrar: dientes de color blanco, esmalte satinado, dientes voluminosos y que reflejan más luz, encías rosas y papilas que rellenan los espacios interdentales. En cambio, una sonrisa adulta muestra: dientes más oscuros, esmalte opaco y con menos volumen, menor o mayor apiñamiento de los dientes inferiores, dientes desgastados y cortos, dientes con bordes irregulares, fracturados o con fisuras dentales, encías retraídas que deja ver parte de la raíz del diente, huecos entre los dientes, movilidad dental, ausencia de piezas dentarias, pérdida de elasticidad y volumen labial que dan lugar a un perfil más recto y aparición de arrugas labiales.
Pero gracias a la odontología moderna y al desarrollo del área de estética actualmente contamos con un acopio de tratamientos para combatir el envejecimiento de sus dientes. Procedimientos que en conjunto podrían catalogarse como rejuvenecimiento dental. Podemos mencionar: la evaluación estética minuciosa e individualizada, clareamiento dental, contorneado estético, carillas, coronas, reposición de dientes perdidos mediante implantes dentales, cierres de diastemas y reconstrucción de bordes incisales.