Lakers naufragaron en noche latina
Mariachis, danzas tradicionales música latina de principio a fin, camisetas distintivas, el locutor de radio Eddie Sotelo 'Piolín'. La Noche Latina o la denominada, 'éne-be-á' celebrada en el Stapes Center en el encuentro entre Los Angeles Lakers y Dallas Mavericks fue un festival folclórico a la cultura hispana. Sin embargo, sobre la duela, el equipo local evidenció su incapacidad para cerrar los partidos.
A pesar de dar batalla, los laguneros no fueron capaces de hacerse con la victoria (100-93) ante unos Mavericks que liderados por un Monta Ellis espléndido (31 puntos con 12-22 de acierto) acabaron por darle la vuelta al marcador en un último periodo en el que estuvieron muy acertados.
"Es la misma vieja historia", afirmó Byron Scott. "Supieron rehacerse. En el lado defensivo perdimos el balón demasiadas veces. No estuvimos bien en los lanzamientos y no movimos la pelota de la misma manera que al principio del encuentro. La misma historia.
Scott probó con una alineación novedosa que nunca antes había utilizado. Incluyó a Tarik Black (seis puntos, cinco rebotes y tres asistencias) en el quinteto titular junto a Wesley Johnson (15 puntos y cuatro rebotes), Jordan Clarkson (15 puntos, seis rebotes y cinco asistencias), Wayne Ellington (13 puntos y cinco rebotes) y Jordan Hill (ocho puntos y siete rebotes).
Aunque fue un suplente el máximo anotador de los Lakers, Carlos Boozer (17 puntos y ocho rebotes). Clarkson volvió a dejar muy buen sabor de boca con una actuación en la que no escondió el desparpajo que está evidenciando en los últimos compromisos. En su año de novato, tuvo la difícil misión de cubrir a un armador como Rajon Rondo (ocho puntos y nueve asistencias), otro reto más que trató de solventar de la mejor manera posible.
"Es un gran base. Comenzó a convertir canastas al final y descolocó nuestra defensa un poco. Es bueno el hecho de salir ahí a competir. Estoy tratando de demostrármelo a mí mismo", argumentó.
Con un balance de 16-46, los Lakers siguen acercándose a la peor marca de la historia de la franquicia. Con los playoffs descartados casi por completo, las esperanzas de los laguneros pasan por impedir llegar a esa peor marca a base de pequeños triunfos que no están llegando.