Estudiantes de Nueva York reviven cadáveres a través del arte

Doce rostros de mujeres, hombres y niños víctimas de homicidio están expuestos uno al lado del otro en un estante de la Academia de Arte de Nueva York. Estudiantes de la academia recrearon estos rostros en cerámica con la esperanza de ayudar a la policía a devolverle a cada víctima su identidad perdida.

 

Los casos son verdaderos. Cada una de estas personas fue encontrada muerta, víctima de la violencia, en un lugar desolado, pero jamás han sido identificadas.

 

La academia, junto a la Oficina del Médico Forense de Nueva York, ofreció un curso impartido por un especialista del Centro Nacional de Niños Desaparecidos y Explotados sobre las técnicas del arte forense.

 

Fusionando su entrenamiento en escultura y anatomía, los estudiantes manipularon réplicas exactas del cráneo de las víctimas para recrear cuidadosamente sus músculos y características faciales, basándose en la poca información que la policía pudo proveerles.

 

Marco Pali, un estudiante de la academia de origen venezolano, dijo que en cada uno de sus trabajos se sintió responsable por la persona que le tocó recrear. La víctima era un hombre con trenzas en el cabello, que tenía entre 18 y 24 años y fue encontrado envuelto en una sábana en una carretera de Brooklyn, Nueva York.

 

“Era una persona hispana y pues rápidamente me conecte. En el momento en que empiezo a colocar los ojos es que siento una gran responsabilidad... me imaginé que si algo similar me hubiera pasado a mí y mi identidad estuviera perdida, el artista que tomara mi caso sería como mi última alternativa,” dijo Pali.

 

Al moldear las cabezas empezó a relucir el rostro de la víctima, y fue allí que los estudiantes comenzaron a sentirse personalmente afectados por el proyecto.

 

“Al principio, cuando recibimos los esqueletos, fue un poco extraño porque eran solo eso, esqueletos,” dijo John Volk, director de la academia.

 

“Pero más o menos al cuarto día, cuando comenzaron a esculpir los esqueletos, a añadir los ojos, de repente habían personas mirando a los estudiantes y fue muy emotivo,” dijo Volk.

 

Pali dijo que intentó que el rostro tuviera características humanas, ya que las personas que podrían identificarlo probablemente lo recordarían vivo.

 

“Hice lo posible por darle esa frescura de una persona que está viva y por darle una sonrisa con los labios cerrados”

 

Sin embargo, tuvo que evitar mostrar una sonrisa con dientes, para no asumir características que no estuvieran incluidas en la información forense.

 

La solución para balancear la base científica con el aspecto humano, fue darle a su obra facciones genéricas, como el color gris sin ningún tono de piel real y las propiedades no específicas o no muy notables en la nariz y los labios.

 

Stefania Parepinto, otra estudiante, fue asignada una mujer que tenía entre 18 y 24 años y un cabello largo, anaranjado y ondulado.

 

“Cuando comencé a recrear su cara sentí que la estaba resucitando. Fue una experiencia muy conmovedora,” dijo Parepinto quien se unió al proyecto por su experiencia en las ciencias antes de dedicarse al arte.

 

Volk dijo que en Estados Unidos escasean los artistas forenses y que están considerando incluir el curso en el currículo ya que es una manera de que los estudiantes usen sus talentos para hacer un impacto social.

 

En la actualidad los doce rostros son expuestos en un estante con una nueva oportunidad de ser reconocidos, y los doce artistas tienen la esperanza de que su trabajo convierta esa oportunidad en realidad.

Sección: Noticias
Publicada: March 6, 2015
Fuente: cnn
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