Objetos cotidianos que contienen más virus y bacterias: ¡Cuidado!
Nuestros auténticos enemigos son siempre los más pequeños, los que no percibimos y que nos enferman sin que podamos ver qué aspecto tienen. Los virus y las bacterias habitan en los escenarios más comunes, esos que siempre pasamos por alto y que cada día manipulamos sin las medidas adecuadas.
No se trata de volvernos obsesivas, sino de ser conscientes de que hay lugares que pueden actuar como verdaderos propagadores de enfermedades. Es ahí donde deberemos tomar unas medidas de higiene particulares. Por eso, hoy queremos invitarte a descubrir esta información tan importante para nuestra salud. ¡No te lo pierdas!
1. LOS MÓVILES
Este dato seguro que te sorprende: un médico y profesor de la Universidad de Arizona, Charles Gerba, afirma que la pantalla de un teléfono móvil puede llegar a tener 400 veces más gérmenes que la pileta de un baño. ¿Sorprendida?
En efecto, y esto se debe a dos focos: el primero, las gotas de saliva que impactan contra la pantalla mientras hablamos y que se quedan ahí adheridas. El segundo, la bacterias que nosotros mismos dejamos con nuestras manos. ¡Y son muchísimas! Así pues, no nos sorprende en absoluto que el móvil sea precisamente uno de los focos de contagio y de propagación de virus y bacterias más peligrosos de hoy en día.
¿Cómo podemos mantener una buena higiene con nuestro teléfono móvil? Muy fácil. Cada noche puedes humedecer un paño con un poquito de vinagre blanco o unas gotitas de aceite de árbol del té. Son dos excelentes desinfectantes que mantendrán tu teléfono libre de estos microscópicos enemigos.
2. LOS GRIFOS
Párate un momento a pensarlo: ¿Qué es lo primero que hace todo el mundo cuando va a lavarse las manos? Tocar el grifo para abrir el paso del agua y poder librarse así de toda la suciedad y la impureza. Así pues, el principal foco de virus y bacterias queda adherido al mismo grifo. Toda una cepa de enfermedades al alcance de cualquiera.
Lo curioso es que, después de lavarnos las manos, volvemos a tocarlo para cerrar el agua, con lo cual, recogemos nuevamente esos pequeños enemigos invisibles. ¿Qué podemos hacer entonces? Si estás en un baño público coge un pañuelo de papel. Si estás en casa, intenta lavar todos los días los grifos con un buen desinfectante. ¿Un ejemplo? El vinagre blanco. ¡Es muy efectivo!
3. EL CARRITO DE LA COMPRA
Puedes llega a imaginar la cantidad de manos que han tocado ese carrito de la compra que ahora empujamos en el supermercado? ¿Cuántas estarían sucias? ¿Cuántas personas tendrían una gripe o un resfriado? No podemos ni imaginarlo, pero lo que sí sabemos es que es un auténtico vergel de virus y bacterias.
Obviamente no vamos a ir con unos guantes de látex todo el día para evitar contagios, pero vale la pena ser consciente de todos estos objetos cotidianos que pueden trasmitirnos alguna enfermedad. Puesto que debemos tocarlos queramos o no, recuerda sobre todo no llevarte la mano a la boca o la nariz mientras empujes el carrito de la compra. Una vez hayas terminado, ve al baño a lavarte las manos. Incluso tienes la interesante opción de llevar en el bolso un gel de manos desinfectante: son muy útiles y hasta puedes elaborarlos tú misma en casa.
4. LAS BARANDILLAS
Piensa ahora en todas esas barandillas que tocas a lo largo del día: la de tu escalera, la del metro, la de tu trabajo, la de esa rampa del parque… ¡Son muchísimas! Focos perfectos para que se acumulen allí virus y bacterias de todas esas manos que, como la tuya, suelen apoyarse cada día.
Tampoco sabemos cada cuánto tiempo las suelen limpiar o desinfectar, así que si no te ves obligada por motivos de salud o seguridad, es mejor no tocarlas. Muchas enfermedades se propagan con actos tan sencillos como el pasar nuestra mano por una de estas barandillas.
5. EL ORDENADOR
En ocasiones, pasamos muchas horas delante del ordenador. Nuestras manos no siempre están limpias cuando escribimos un correo, cuando consultamos las redes sociales o cuando vemos algún vídeo. Incluso es posible que compartas tu ordenador con otras personas, ocasionando así mayor presencia de virus y bacterias.
En este caso, deberíamos mantener la misma higiene que con el teléfono móvil. Coge un paño ligeramente humedecido con aceite de árbol del té y limpia suavemente las teclas y la pantalla del ordenador. De este modo lograremos mantenerlo desinfectado.
6. LOS BOLSOS
Estamos seguros de que este dato te va a sorprender: Según el doctor Philip Tierno, de la Universidad de Nueva York, tanto nuestros bolsos de tela como los de piel almacenan cientos de virus y bacterias. Sus poros, la humedad y el residir en el interior de la tela crea un escenario ideal para su desarrollo.
Resulta increíble, ¿verdad? En ocasiones no somos conscientes de la gran cantidad de objetos cotidianos que manipulamos sin saber los riesgos que existen en ellos. Vale la pena tenerlo en cuenta y mantener siempre una higiene adecuada. Y ya sabes, para mayor tranquilidad, incluye en tu bolso una botellita de gel de manos desinfectante. ¡Es muy útil!