Cómo podemos controlar el hambre
El hambre es la manera en la que nuestro cuerpo nos lleva a buscar comida y a alimentarnos para seguir vivos. Es un instinto humano poderoso que nos puede obligar a adoptar conductas extremas.
El hambre es la respuesta de nuestros cuerpos a haber comido menos de lo normal. Es resultado de la lectura de nuestro cerebro de cambios en los niveles de hormonas y nutrientes en la sangre.
Nuestra reacción a este sentimiento es lo que nos puede llevar a comer alimentos poco aconsejables o en exceso.
Pero, si entendemos nuestra hambre, ¿podemos controlarla mejor?
¿POR QUÉ NO ME SIENTO SATISFECHO?
Los intestinos tienen comunicación directa con el cerebro. El sistema digestivo humano involucra una interacción compleja de varios órganos.
La manera en la que nos sentimos está muy influenciada por lo que comemos. Si no nos sentimos llenos, nuestros cerebros van a seguir queriendo que busquemos alimentos.
Distintas clases de comida afectan al cerebro de varias maneras. Por ejemplo, las grasosas engañan al cerebro señalándole que hemos ingerido menos calorías, lo que nos lleva a comer de más.
Eso se debe a que los alimentos grasos, como la mantequilla o las frituras, están densamente cargadas de energía.
La fibra, en contraste, provoca la liberación de las hormonas intestinales que hacen que uno se sienta lleno. Una dieta baja en fibra, con poco o nada de productos integrales o fruta y vegetales, puede exponernos a sentirnos hambrientos.
Los alimentos con un bajo índice glucémico (IG), como las nueces, vegetales y granos, liberan su energía más lentamente que aquellas con IG alto, como el pan blanco y el azúcar.
Así que ingerir más de los primeros controla el apetito incrementando los niveles de hormonas intestinales que te ayudan a sentirte satisfecho.