Verdades y mentiras sobre la ‘marcha atrás’
El ‘coitus interruptus’ o ‘marcha atrás’ es un “método anticonceptivo” muy viejo. La falta de recursos y el desconocimiento han sido las principales causas de las que se ha nutrido esta práctica para ser una de las más utilizadas por las personas como forma de prevenir un embarazo. Este método se basa en extraer del pene del interior de la vagina segundos antes de que se produzca la eyaculación.
A pesar de que la Organización Mundial de la Salud advierte de que es poco fiable, todavía hay quienes defienden esta práctica como una de las más recomendadas para evitar un embarazo. ¿Cuánta verdad y cuánta mentira se esconde tras el ‘coitus interruptus’?
Misma fiabilidad que la píldora anticonceptiva
FALSO.
La píldora anticonceptiva tomada de forma correcta es uno de los métodos más fiables. El porcentaje es casi del 100%; por el contrario, con la ‘marcha atrás’ se reduce considerablemente la fiabilidad: entre un 15 y un 30% de personas que la utilizan han tenido un embarazo no deseado. Provoca estrés e insatisfacción en la pareja
VERDADERO.
Con la ‘marcha atrás’, la mujer está a merced del hombre. Ella permanecerá en un estado de tensión por miedo a una posible eyaculación en el interior de la vagina y él se estresará por el control de esa misma eyaculación antes de llegar al orgasmo. La tensión y el estrés son malos aliados del sexo y suelen provocar insatisfacción sexual en la pareja. En el líquido preseminal no hay espermatozoides
FALSO.
Muchas personas consideran que el líquido preseminal no contiene esperma vivo. Es cierto que el número de espermatozoides es mucho más bajo que en la eyaculación, pero no por ello es menos peligroso. Siempre que hay esperma hay riesgo de embarazo. Se pueden contraer enfermedades de trasmisión sexual
VERDADERO.
Solo evitan las enfermedades de transmisión sexual los métodos barrera, condón masculino y femenino. El resto, aunque sean muy fiables para que no se produzca ningún embarazo, no previenen las
ETS. Él ‘controla’ FALSO.
No te fíes de esta frase. El “yo controlo” no vale. Muchos hombres tienen la capacidad de alargar la relación sexual hasta el momento del orgasmo, cuando se produce la eyaculación. Por el contrario, otros son incapaces de controlar su actividad sexual. En estos casos puede que esperen tanto tiempo hasta retirar el pene del interior de la vagina que parte del esperma quede dentro de la mujer.