Los peligros de comer frente al televisor.
En la gran mayoría de las casas, el televisor está en el comedor, frente a la mesa donde la familia cena. También es habitual que los adultos almuercen frente al ordenador, para no “perder tiempo” y seguir trabajando. Estas dos costumbres tan arraigadas en la sociedad actual trae muy malas consecuencias. Conoce cuáles son los peligros de comer frente al televisor en el siguiente artículo.
Efectos nocivos de comer frente a la pantalla del televisor en los niños
Sobre todo los niños son los más perjudicados por esta práctica habitual en las familias. Como primera medida, causa sobrepeso, según un estudio realizado recientemente en Estados Unidos. Estos pequeños son más proclives a consumir grasas y azúcares, por lo tanto, calorías y además, no se dan cuenta cuándo están satisfechos por estar prestando atención a la “caja boba”, como se suele llamar a la televisión. No hay dudas que esta actividad contribuye a padecer trastornos de peso y a modificar las conductas en el hogar.
En promedio los niños pasan dos horas frente al televisor cada día. En ese momento “aprovechan” para desayunar, almorzar, merendar o cenar. En ese lapso se suelen consumir más patatas fritas, galletas, dulces, refrescos y comida chatarra. Esto conduce, sin dudas, al sobrepeso y otras enfermedades tales como colesterol o hasta diabetes.
Según la autora de una de las investigaciones, Leann Birch, de la Universidad de Pennsylvania, el problema en si no radica en mirar la televisión, sino en que en ese momento los niños (o las personas de cualquier edad) comen sin darse cuenta las cantidades, los sabores, etc.
En lugar de consumir comida chatarra, es mejor comer manzana, zanahoria, apio, palomitas de maíz sin mantequilla, zumos naturales, etc. Y además de estar frente a la pantalla, hacer ejercicio a diario, sobre todo al aire libre.
Efectos colaterales de comer y mirar televisión a cualquier edad
Es probable que más de una vez hayas disfrutado de tu programa preferido mientras comes un aperitivo o cenas. Eso no es nada recomendable. Según los médicos, se trata de actividades que no son compatibles entre sí. Además de lo dicho anteriormente en el caso de los niños, los adultos también sufren bastante con este problema. Ver la televisión inhibe la sensación de saciedad, ya que el cerebro está enfocado en otras cosas, es decir, en lo que está mirando.
Cuando vemos el televisor tenemos una actitud relajada, nos alejamos un poco de la rutina y de los problemas (si no miramos noticias), nos sumergimos en un mundo ficticio. Es por ello que comemos más sin darnos cuenta. Además, estar frente a la televisión es sinónimo de comer aperitivos o snacks, la mayoría de ellos con un alto contenido de grasas, como ya se dijo antes.
Otra cuestión a tener en cuenta es que nos llevamos los alimentos a la boca de manera mecánica, lo que nos puede provocar, además de sobrepeso, dolor de estómago y “atracones”. Todo ello se agrava cuando aparecen los anuncios de comida, ya que el estímulo es comer más, tener más ganas de ingerir esos alimentos (que nunca son saludables). La gente que ve más televisión suele ser la que peor se alimenta, además de llevar una vida sedentaria y no hacer ejercicio.
Cambia el hábito de llevarte algo de comida al sofá cuando enciendes la televisión. Y en lo posible, reducir la cantidad de horas que pasas frente a esta caja de colores. Come en la cocina o que el acompañante de la cena no sea el televisor. Nada mejor que una charla en familia para hablar sobre la jornada, compartir momentos con tus hijos, etc.
Los peligros de comer frente al ordenador
Así como ocurre con la televisión, el PC es un enemigo íntimo de nuestra salud por varias cuestiones que van desde el sedentarismo a los problemas oculares, pasando por contracturas y malas posturas a también alimentarnos mal. Los estudios indican también que esta actividad o rutina de comer frente al ordenador desarrolla mayores infecciones, alergias y enfermedades, así como también más probabilidad de sufrir obesidad y trastornos relacionados (como el colesterol).
Es frecuente que para terminar antes el trabajo que estamos realizando o para no tener que salir de la oficina si hace frío aprovechamos la hora del almuerzo para no movernos del escritorio. Dejamos el recipiente con el menú de día (que suele ser algo de fast food) al costado del teclado y mientras respondemos un correo electrónico o hacemos un informe vamos dando algunos bocados. Por ello, la mesa de trabajo tiene 400 veces más bacterias que un baño. Pero eso no es todo, ya que el campo electromagnético del PC destruye la estructura molecular de la comida y del agua y las convierte en nocivas para la salud. Esto significa que pierde sus propiedades y nutrientes, generando enfermedades y trastornos diversos, como puede ser Parkinson o Alzheimer (en el mediano y largo plazo).
Como si todo esto fuera poco, comer frente al ordenador tiene los mismos efectos detallados anteriormente en relación a la televisión. Sobrepeso es la más importante. En segundo lugar, comer sin prestar atención a la comida y por ende consumir más. En tercer término, la suciedad del ambiente de trabajo, que conlleva a gripes, malestares, alergias, etc. Para evitar todo esto, tómate la hora del almuerzo. Si estás muy atareado de trabajo, reduce a media hora el descanso, pero no dejes de comer como corresponde, sin estar mirando la pantalla como poseído. Tu cuerpo te lo agradecerá.