El Cine Mundial Pone el Acento en Sudáfrica.
El cine internacional vuelve a posar la mirada en Sudáfrica. No hace mucho tiempo, cuatro años para ser exactos, gran parte de la expectativa de los cinéfilos se centró en Invictus, uno de los notables trabajos de Clint Eastwood, protagonizada por Matt Damon y Morgan Freeman, caracterizalo como Nelson Mandela, quienes ganaron sendas candidaturas al Oscar por su desempeño.
Ahora, con el anuncio de que Zulú, protagonizada por Forest Whitaker y Orlando Bloom, cerrará la edición 2013 del Festival de Cannes, el mundo del cine pone su interés en Ciudad del Cabo, para narrar un drama criminal basado en la novela homónima del reconocido escritor francés Caryl Ferey. El filme está dirigido por el también francés Jérôme Salle —su primera película en inglés— y transcurre en el periodo posterior al apartheid.
Whitaker (en un papel que le fue asignado inicialmente a Djimon Hounsou) y Bloom encarnan a dos policías sudafricanos, que trabajan juntos para combatir el crimen.
Un drama conocido Cuando era niño, Ali Neuman escapó por poco de ser asesinado por Inkhata, un militante del partido político en guerra con el Congreso Nacional Africano de Nelson Mandela. Sólo él y su madre sobrevivieron a la matanza de aquellos años.
Pero como sucede con muchos de los supervivientes, las cicatrices psicológicas permanecen. Hoy, Ali es el jefe de la rama de homicidios de la policía de Sudáfrica en Ciudad del Cabo.
Uno de sus colaboradores es Brian Epkeen, un oficial blanco cuya familia participó originalmente en el establecimiento del apartheid, pero que se lleva bien con Neuman. Juntos tienen que lidiar con el crimen que inevitablemente existe en las extensas áreas de desempleados, el crimen agravado por las bandas, tanto locales como de otras partes de África.
Su trabajo se vuelve aún más difícil cuando encuentran los cadáveres de dos mujeres jóvenes. Un nuevo mal se ha introducido en la ciudad en forma de un fármaco dañino y mortal.
En el cruce caótico donde la brutalidad y la modernización chocan, los ecos del apartheid todavía resuenan en las sombras de una sociedad que lucha por la reconciliación.
Esa es la síntesis de la novela de Caryl Férey, autor de 45 años, nacido en Caén, conocido también por su premiada Utu.
La música está a cargo de Alexandre Desplat, con una gran trayectoria que incluye títulos como La reina, Argo y El discurso del rey, entre otros