El arte de engañar los ojos
El renacimiento fue la época en la que las ciencias y las bellas artes fueron redescubiertas. La gente se preocupaba de cosas como cultivar el alma, del cuerpo, por la belleza y todo era tan falso como ahora. Las mujeres utilizaban corsés que las hacían ver con cinturas finas y caderas anchas. Les debemos el pushup, porque las mujeres casi se suicidaban asfixiándose en ropa tan ajustada que los pechos las ahorcaban. ¿Y los hombres? Falsos igual.
¿Recuerdas los vestidos enormes de las mujeres en las películas de época? Debajo de esos enormes vestidos hay un polizón de hierro y miriñaques que hacían que los vestidos tuvieran forma. ¿Y te fijaste en los hombres? Medias con rellenos para aparentar músculos en las piernas. Corsés para levantar los pectorales y rellenos para aparentar estar mejor equipado.
Pero los tiempos han cambiado y ahora somos más honestos, más modernos. Las mujeres usan jeans levanta-cola (y así los anuncian), el famoso wonderbra, ropa modeladora, fajas de lycra, rellenos en los brassieres y zapatos de tacón (que antes eran de uso exclusivo masculino). ¿Y los hombres? Falsos igual.
Camisetas con pectorales, fajas para reducir la panza, zapatos con rellenos para parecer más altos y trajes de baño y ropa interior para parecer estar mejor equipados. Pero no hay que enojarse. Al final lo que buscamos es ser más atractivos. Hacemos lo posible por llamar la atención del sexo opuesto y si no lo logramos buscaremos cómo hacerlo. Con rellenos o sin ellos.