El yoga te ayuda en la intimidad con tu pareja

Se sabe que el yoga tiene múltiples beneficios en la relajación y conexión espiritual, pero varios estudios demuestran que también puede incidir en las relaciones sexuales con la pareja.

¿Cómo se explica esto? Según el yogaterapeuta Juan Carlos Sandin, la experiencia sexual que se puede lograr a través del yoga es conocida como tantra: “El yoga tántrico tiene que moverse en el sexo con completa conciencia y alerta a lo que se va experimentando; el cuerpo se libera, la mente se silencia y el alma despega el vuelo hacia el éxtasis y la dicha”.

“Al yoga se le atribuye una elevación del nivel de autoerotización, con lo cual la persona contacta mejor con sus propias sensaciones, se centra en lo que está sintiendo”, explica también el psicólogo Pedro Bastidas, conductor del programa Cada quien con cada cual, los jueves a las 2:00 pm, en Radio Uno 1340 AM.

Igualmente, de acuerdo con “Aguasanta”, instructora de yoga para mujeres embarazadas en Pdvsa La Estancia de Caracas, esta práctica milenaria ayuda a equilibrar la sexualidad, más que a incrementarla: “Ésta no debe verse como un aspecto fuera de esa dimensión integral del hombre. Todas las disciplinas que te permitan mejorar tu nivel de actitud, concepción del mundo, respeto, amor, luz, creación divina, te van a ayudar a tener relaciones mucho más equilibradas”.

Beneficios. Jualy Labrador no se cohíbe al hablar de su intimidad y sostiene que el yoga la ha ayudado a ser más flexible y tener mayor resistencia al momento de hacer el amor con su pareja.

Beatriz Ramírez no ha conseguido un orgasmo mental mediante esta disciplina, pero no duda en que pueda pasar: “la mente manda al cuerpo y la mente, en ese momento, está en total éxtasis”.

Según el presidente de la Asociación Venezolana para la Salud Sexual (Avess), Carlos Cotiz, el yoga regula la respiración, disminuye el estrés y la ansiedad, lo cual hace que se establezca un estado óptimo para la sexualidad.

Las posturas

Sandin enseña tres ejercicios que se deben repetir siete veces en la mañana y en la noche: el primero se basa en retener la respiración, así como contraer y relajar los músculos genitales.

En el segundo, se baja la barbilla hacia el esternón para que el aire inspirado descienda hacia la región genital.

Y en el tercero, se colocan las manos sobre las rodillas, se inclina ligeramente el busto hacia delante y se encoge el ombligo como si se quisiera llevar hacia la espalda.

Advierte que estas posturas se deberían practicar primero con un maestro de tantra de yoga.