Los beneficios del dolor

La mayoría de las personas piensan que el dolor es algo negativo, por lo que tratan de superarlo de forma rápida y olvidarlo con el tiempo; sin embargo, un estudio revela algunos beneficios positivos de este sentimiento, que se puede aprovechar para mejorar la calidad de vida.

En la investigación publicada en Psychological Science se detalla que algunas de las ventajas positivas del dolor son la capacidad de unir a un grupo social y crear lazos de cooperación entre extraños.

Además de favorecer la atención, cooperación y la conciencia, especialistas de la Universidad de Navarra aseguran que existen otros aspectos positivos que se pueden aprovechar cuando se acepta el dolor.

1. Te enseña tus límites. Cuando experimentas un tipo de dolor, ya sea físico o emocional, aprendes a superarlos y descubres las fortalezas ante ese tipo de situaciones.

2. Te muestra la felicidad. Cuando superas el dolor te das cuenta que realmente puede ser feliz, a pesar de los “tragos amargos”.

3. Te hace disfrutar el presente. Con el dolor aprendes a disfrutar cada momento de tu vida, especialmente el presente. Olvídate de las quejas y aprende algo nuevo cada día.

4. Mejora tus relaciones personales. El dolor hace que tus relaciones sean más comprensivas, respetuosas, afectivas y maduras. Incrementa tu generosidad, la capacidad de pedir perdón y expresar tu amor.

5. Incrementas tu madurez. El dolor te enseña a ver la vida de una forma diferente, a analizar las situaciones para tomar mejores decisiones.

6. Eleva tu bondad. El dolor te hace más noble, benevolente y humano, es decir, combinas tus emociones y pensamientos para tus decisiones.

7. Te hace auténtico. Te brinda la oportunidad de ser tú mismo y expresarlo a los demás. Por ello, creas lazos auténticos de amistad y de amor, según Salud 180.com.

Aunque nadie busca experiencias dolorosas, es indispensable que aprendas de este tipo de experiencias para incrementar tu bienestar y aprovechar al máximo todos estos beneficios que el dolor tiene para ti. Y tú, ¿cómo vives el dolor?