Cómo prevenir y tratar calambres musculares
Un calambre es esa sensación de electricidad que ataca a los músculos por algún tipo de ejercicio o movimiento. Si bien los que más sufren de este dolor son los deportistas, cualquier persona puede padecerlo. En el siguiente artículo aprenderás cómo prevenir y tratar calambres musculares.
Calambres musculares: por qué aparecen
Existen diferentes razones por las cuáles se generan lo calambres en los músculos, es decir, variadas teorías. La más extendida y comprobada es porque el cuerpo o esa zona en cuestión tiene un exceso o acumulación de ácido láctico, un compuesto químico que cuando se produce en demasía causa cansancio muscular.
Otra teoría en relación a los calambres se basa en la relajación y contracción de los músculos, es decir, movimientos antagonistas y agonistas que se producen durante el ejercicio. En este proceso intervienen dos proteínas que hacen que el músculo no se pueda relajar.
En tercer lugar, la teoría más difundida en cuanto a la aparición de los calambres es debido a la sobreexcitación de los músculos y a la pérdida de líquidos debido a la actividad continua durante el entrenamiento o ejercicio. Esto provoca una disminución en las señales inhibidoras del sistema nervioso y da lugar a espasmos involuntarios.
Entonces, las consecuencias de los calambres son el esfuerzo excesivo, la deficiente alimentación e hidratación y un elevado nivel de estrés. Cuando aparecen por la noche cuando estamos durmiendo, por ejemplo, se debe a un sobreesfuerzo realizado durante el día.
Cómo prevenir los calambres musculares
Ejercita equilibradamente
Es preciso que encuentres un equilibrio cuando hagas ejercicio o te entrenes. Durante toda la sesión modifica la velocidad y la carga y no olvides beber mucha agua, aunque no sientas sed. Pero atención, que una mayor ingesta de agua también puede traer sus consecuencias negativas. Para un entrenamiento corto, algunos sorbos cada diez minutos es lo correcto. Si es más arduo, entonces, opta por bebidas deportivas.
Elongación y estiramiento
Antes y después de la actividad deportiva es importante que estires y calientes para que los músculos se vayan preparando para el ejercicio. Incluye todos los grupos musculares en tu rutina de elongación. Los días que no vayas al gimnasio, también estira un poco, aunque sea al levantarte o antes de ir a dormir.
Ejercicio coherente
En complemento al primer consejo, es preciso que tu rutina de ejercicios sea acorde a tus características. No quieras hacer todo el primer día o levantar una gran cantidad de peso si nunca lo has hecho antes, sólo para aparentar frente a los demás. Diseña un programa de ejercicios con un profesional para que pueda ir aumentando la intensidad de manera progresiva. Las variaciones en los ejercicios deben ser paulatinas también.
Alimentación
Cuando se sufren muchos calambres puede deberse a una deficiencia en calcio, potasio y magnesio. Por ello, una buena idea es consultar con el nutricionista o prestar más atención a lo que comes. No dudes en añadir plátanos, aguacates, patatas, espinaca, leche desnatada, quesos y yogur a tu dieta diaria.
Descanso
La cantidad de horas que se deben dormir por día dependerán de varios factores, como ser la cantidad de actividades, las costumbres, la edad, etc. Sin embargo, nunca debe ser menos de 7 horas diaria. Si puedes, descansa media hora por la tarde. Así tus músculos podrán relajarse y reducirás la posibilidad de sufrir calambres.
Recetas caseras para los calambres musculares
Estas recetas y remedios populares te servirán en el caso de que sufras de calambres musculares:
Realiza un masaje en dirección contraria al dolor o puntada, para estirar el músculo y relajarlo.
Envuelve el área con una venda elástica, así reducirás el dolor, pero no muy apretado porque causará hinchazón.
Bebe una infusión hecha con tres cucharadas de Gingko Biloba por taza de agua, que se hierve durante 10 minutos. No más de una taza al día. Mejora la circulación, el aporte de nutrientes al tejido muscular y la eliminación de toxinas.
Aplica en la zona afectada por los calambres unas gotas de aceite esencial de romero, tomillo, eucalipto o pino. Esto servirá para relajar.
Presiona el labio superior con los dedos pulgar e índice por treinta segundos. Este ejercicio de acu presión sirve para los calambres en las piernas.
Mezcla una cucharada de miel con una de vinagre de manzana en una taza de agua caliente. Bebe cada día.
Vierte una cucharadita de semillas de mostaza en un litro de agua e hierve durante diez minutos. Añade al agua de la tina y sumerge las piernas 20 minutos.
Bebe dos veces al día una taza de agua con diez gotas de té de laurel. Repite durante tres días seguidos.
Aplica en el área paños empapados en una mezcla de vinagre de manzana y árnica. Deja actuar unos cinco minutos. Permite aliviar el dolor y activar la circulación.
Machaca 20 gramos de ruda, 20 gramos de ajenjo, 20 gramos de menta y 500 gramos de grasa de cerdo. Coloca en un cazo y calienta a fuego moderado. Vierte en un recipiente y deja enfriar. Aplica como si fuera pomada. Cada vez que se quiera usar se debe entibiar.
Vierte una cucharada de bicarbonato de sodio en una taza de agua. Mezcla bien y bebe. No se aconseja en caso de personas con retención de líquidos o presión alta.
Vierte un vaso de leche desnatada, media taza de yogur natural, un plátano pelado y media taza de zumo de naranja natural en la licuadora. Mezcla bien y bebe todas las mañanas o bien cuando se tenga un calambre.
Mezcla una cucharadita de semillas de comino en medio litro de agua. Deja macerar media hora y aplica con un paño limpio en la zona afectada.
Diluye 20 ml de aceite de almendras, dos gotas de aceite esencial de hierba limón (o limoncillo), cuatro gotas de nuez moscada y cuatro gotas de cilantro. Aplica con movimientos circulares hasta que pase.