Cómo Catar construirá una ciudad desde cero para el Mundial de 2022
Catar no es un país muy grande. Su población apenas rebasa los dos millones de personas. Para albergar la multitud que se espera que llegará con el Mundial de Fútbol de 2022, el emirato árabe planea nada menos que construir desde cero toda una ciudad nueva.
El proyecto se llama Lusail, está programado para completarse en 2020, y costará, según las primeras estimaciones, 45.000 millones de dólares. Lusail es todo lo grandilocuente, lujosa y futurista que uno puede esperar de un proyecto semejante, pero sus edificios arrojan multitud de sombras de duda. La primera es el plazo. De aquí a 2020 solo quedan 6 años, y eso es lo que tardan otras ciudades en planear y construir un solo estadio.
La pregunta más espinosa es quién construirá esa ciudad. Diferentes informes hechos públicos por organizaciones en defensa de los derechos humanos revelan abusos en las obras que ya están en marcha. No faltan las voces de quienes piden que la candidatura del país sea retirada debido a estas denuncias. También hay serias dudas sobre el clima. Las temperaturas en verano son tan altas que se valora la posibilidad de trasladar el mundial a los meses de invierno.
Las acusaciones de soborno al comité de la FIFA para que eligiera la candidatura del país árabe tampoco ayudan. Catar es, en definitiva, un serio problema para la continuidad del mundial de fútbol.
Una ciudad con islas y hasta nubes
Ahora mismo, hay varios cientos de miles de trabajadores extranjeros en Catar, todos ellos con un tipo de visado llamado kafala que permite a sus empleadores retenerlos en el país. Estas personas ya están trabajando en varios proyectos, pero Lusail, al lado de la capital del país, Doha, los supera a todos.
La ciudad ocupa 36 kilómetros cuadrados en los que albergará 450.000 personas. Según la descripción de la compañía que gestiona el proyecto, Lusail es un proyecto de lujo rodeado por las cristalinas aguas del golfo Pérsico y dotado de todo tipo de infraestructuras.
La ciudad constará de 19 distritos y cuatro exclusivas islas que, por supuesto, todavía no existen. En el centro de este proyecto está la joya de la corona, un estadio diseñado por Norman Foster con capacidad para 86.000 personas y cuya cubierta está formada por nubes artificiales, unos dispositivos capaces de generar sombra para filtrar lo peor del calor del sol.
El incierto presente de la ciudad del futuro
La semana pasada, dos activistas de los derechos humanos que estaban investigando los supuestos abusos a trabajadores de la construcción en Catar desaparecieron. Dos días después, la policía del país confirmó que estaban bajo arresto, pero aún no ha presentado cargos.
Desde el inicio de las obras, se han venido sucediendo informes y denuncias que aseguran que los trabajadores inmigrantes de Lusail y otras obras del Mundial son retenidos contra su voluntad y sufren continuos abusos. Estos son algunos de ellos:
• Un informe de la Federación Internacional de Comercio asegura que de aquí a la inauguración del mundial podrían morir más de 4.000 trabajadores debido a las malas condiciones de seguridad.
• Un informe de 2013 del periódico Guardian asegura que 44 trabajadores nepalíes murieron en solo tres meses debido a fallos cardíacos y accidentes en las obras.
• Según Businessweek, la respuesta del gobierno de Catar respecto a este sospechoso aumento en el número de infartos fue: "esta pregunta deberían de contestarla las autoridades sanitarias de Nepal".
• Mientras tanto, en mayo, el gobierno de Catar admitió que en 2012 y 2013 habían muerto mil trabajadores inmigrantes, 246 de ellos debido a un súbito fallo cardíaco. Se cree que estos fallos cardíacos se deben a agotadoras jornadas de trabajo a temperaturas de más de 40 grados.
• Otro informe del periódico Guardian de junio asegura que los trabajadores llevan un año sin recibir salario alguno, y que viven en pésimas condiciones de higiene y alimentación.
• Un espeluznante documental rodado desde dentro de uno de los campamentos de trabajadores revela que las personas que allí habitan tienen un acceso irregular o nulo a agua potable, alimentos, retretes y otras necesidades básicas.
El precio del mundial
Si Lusail parece un proyecto aún más desbocado e innecesario que Sochi, probablemente es porque lo es. Catar parece dispuesta a superar con creces todos los excesos de otros mundiales o juegos olímpicos. De hecho, las candidaturas de estos eventos empiezan a estar reservadas solo a países capaces de amasar y dilapidar esas cantidades de dinero.
Los juegos olímpicos y el mundial eran eventos que fomentaban el desarrollo urbano y la cooperación internacional, pero eso se está acabando. Como apuntaba un activista ruso que investigaba los abusos contra los trabajadores que construyeron Sochi: "Estos eventos parecen la nueva droga favorita de los dictadores".
Que estos abusos se perpetúen o no depende en gran medida de la reacción internacional. Es facil montar en cólera ahora, pero la respuesta adecuada debe darse en las dos semanas que dure el mundial cuando llegue en 2022. La audiencia internacional será la que decida qué está dispuesta a tolerar con tal de ver un deporte.