Le llueve el dinero de la TV al béisbol

Al mismo tiempo que un dictador norcoreano amenazaba con iniciar una guerra de consecuencias impredecibles para la ya maltrecha economía de Estados Unidos, la prensa informaba de negociaciones de último minuto entre cuatro peloteros y sus equipos de Grandes Ligas para fichar contratos antes que arraque la temporada del 2013.

 

En uno de los fines de Semana Santa más movido de la historia del béisbol, tres equipos comprometieron $381 millones de dólares a tres jugadores y un cuarto se acercaba a garantizar casi $200 millones a su mejor lanzador.

 

Estamos hablando de casi $600 millones de dólares, un verdadero escándalo, incluso para una de las ligas profesionales del país más poderoso del mundo.

 

Los Tigres de Detroit otorgaron una extensión de siete años y $180 millones de dólares -- con una opción de $22 millones para una octava temporada -- a su lanzador estrella Justin Verlander; los Gigantes de San Francisco extendieron el contrato del receptor Buster Posey por nueve años y $167 millones y los Diamondbacks de Arizona amarraron al inicilista Paul Goldsmith por cinco años más y $32 millones.

 

Al mismo tiempo, los Dodgers de Los Angeles y el zurdo Clayton Kershaw trataban de completar un acuerdo, que se especula rondaría los $200 millones de dólares, antes que el equipo juegue su primer partido de la temporada, el lunes, la fecha tope señalada por el lanzador para hablar de negocios.

 

Desde el último lanzamiento de la pasada temporada al primero del 2013 (Vigilantes de Texas y Astros de Houston abren las cortinas el domingo en la noche por ESPN), los equipos de Grandes ligas realizaron movimientos por más de 1,500 millones de dólares.

 

Otros acuerdos significativos fueron los de los pitchers Félix Hernández (7 años/$175 millones), Zack Greinke (6 años/$147 millones), Aníbal Sánchez (5 años/$80 millones), Edwin Jackson (4 años/$52 millones) y Kyle Lohse (3 años/$33 millones); los antesalistas David Wright (8 años/$138 millones) y Evan Longoria (6 años/$100 millones) y los jardineros Josh Hamilton (5 años/$125 millones), BJ Upton (5 años/$75 millones), Nick Swisher (4 años/$56 millones) y Michael Bourn (4 años/$48 millones).

 

Como notarán, la mayoría de los contratos más grandes firmados recientemente fueron otorgados por equipos que juegan en los llamados mercados de clases media y baja de Estados Unidos, lo que en cierta forma es sorprendente.

 

Para que entiendan un poco mejor el fenómeno que se está dando actualmente en las ligas mayores, vamos a responder algunas de las preguntas más comunes que se desprenden de estas negociaciones.

 

1- ¿De donde sale el dinero?:

 

Mientras los equipos confrontan problemas para llenar las gradas debido a la crisis económica que afecta al fanático común, sus arcas están recibiendo una gran inyección de efectivo de parte de la televisión, radio e internet por los derechos de transmisión. Los Dodgers tienen un contrato de TV de $7,000 millones por 25 años (una división simple indica que el club recibirá $280 millones anuales) lo que garantiza el pago de cualquier nómina que pongan en el terreno antes de vender un boleto o un refresco en el parque. Los Angelinos de Los Angeles y Vigilantes están recibiendo $150 millones anuales de la televisión, Yankees de Nueva York y Medias Rojas de Boston tienen sus propios canales y hasta los Astros obtienen $85 millones anuales. Eso es sin contar los derechos nacionales, que vende la MLB a FOX, ESPN y TBS, y cuyos millonarios beneficios se reparten en partes iguales entre los 30 conjuntos. Pero además, la división multimedia de Grandes Ligas (MLB.com) generó solamente en el 2012 más de $600 millones de dólares, que también se reparten en partes iguales entre todos los conjuntos. Esa es la razón por la que Detroit, una de la ciudad más golpeada por la crisis de la industria autonotriz de Estados Unidos, tiene un equipo de béisbol con cuatro peloteros (Prince Fielder, Verlander, Miguel Cabrera y Sánchez) con pactos garantizados por $632 millones; Seattle puede comprometer $175 millones en un lanzador y Tampa Bay, que no ha encontrado la fórmula para promediar 20 mil fans por juego, puede asegurar $100 millones a Longoria.

2- ¿Si hay tanto dinero por qué Astros y Miami Marlins tienen nóminas tan pobres?:

 

En el caso de Houston, el conjunto se encuentra en una genuina etapa de transición, donde está reconstruyendo desde abajo hacia arriba, como debe ser. Houston siempre ha tenido equipos atractivos y vistosos y el plan es volver a tenerlos en un plazo de tres a cinco años. Miami es otra historia. De hecho, es un caso único en el planeta. Un equipo en una ciudad exótica con un estadio nuevo, pagado por los ciudadanos, y mucho dinero disponible (además del efectivo de la TV, recuerden que los equipos menos competitivos reciben dinero de los más ricos) que repentinamente arma y desarma un buen equipo, burlando la confianza del público y desafiando el plan general de la industria del béisbol. El comisionado Bud Selig aún no ha puesto en su sitio a Jeffrey Loria, el dueño de los Marlins, pero es seguro que cuando el equipo comience a coleccionar derrotas aumentará la presión de los fanáticos y las autoridades oficiales de Miami por respuestas.

 

3- ¿Cómo gana TV dinero con estos contratos?:

 

Los canales regionales que compran los derechos de televisión de los equipos ven el béisbol, y otros deportes, como un gancho en sus negocios generales. Mientras es poco probable que un canal de cable pueda vender $250 millones de dólares anuales para poder pagar a los Dodgers, el negocio está en la venta de suscripciones anuales del canal que transmite los partidos. O sea, la cantidad de comerciales que se pueden colocar durante un partido de los Dodgers, u otro equipo, es secundario para la televisión. Lo principal es la cantidad de suscripciones anuales por el servicio de la empresa que tiene los derechos de Dodgers, Yankees, Lakers, Celtics, etc.

 

4- ¿Estos negocios serán sostenibles?:

 

Parece que sí. Los aficionados seguirán consumiendo deportes en Estados Unidos (y en el extranjero) y aparentemente, cada día será más fácil para un seguidor comprar el paquete de transmisión para ver los partidos en casa que llevar su familia al estadio. Por lo tanto, es posible que en el futuro veamos entradas más baratas e incluso gratis para asegurar personas en las gradas, mientras la mayoría paga a control remoto por el evento. En resumen, el dinero seguirá entrando, a corto y mediano plazo.

 

5- ¿En el plano deportivo, cómo afectan últimos negocios a ciertos clubes?:

 

Un equipo como el de los Yankees, acostumbrado a comprar el talento probado en el mercado de agentes libres, sufrirá en los próximos años debido a que parte del mejor talento está siendo retenido por sus clubes por la mayor parte de sus carreras.

 

Si los Yankees soñaban, por ejemplo, con sustituir a Alex Rodríguez con Wright o Longoria en un par de años, entonces ahora esa opción se esfumó. Igualmente sucedió con Hernández, Verlander, Posey, Matt Kemp o cualquiera de los otros chicos con perfile de llegar a ayudar a ganar campeonatos. En cierta forma, los últimos negocios han dejado seco el mercado para los próximos años y eso afecta más a algunos equipos que a otros y, por supuesto, mejora la posición de los pocos jugadores grandes que serán agentes libres próximamente, como Robinson Canó, por ejemplo.

Sección: Deporte
Publicada: Abril 3, 2013
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