Motivos para jugar

Una vez conozca los beneficios de los juegos infantiles en la maduración neurológica, probablemente lamentará no haber saltado más a la Suiza, bailado el aro, superado varios niveles con los ‘jackses’, rodado canicas con los dedos o sufrido varios tropezones mientras hacía de gallinita ciega.

 

Lo bueno es que ahora tendrá más que un motivo para incentivar en sus hijos (si es padre) y en sus alumnos (si es maestro) la práctica de todos esos juegos tradicionales que marcaron épocas y tantas vidas infantiles.

 

¿Por qué ya no son tan populares estos juegos de interacción y socialización? Porque lamentablemente han sido sustituidos por el juego tecnológico, dice la terapeuta del lenguaje y logopeda Yris Lara Hernández.

 

Lara explica que los padres les compran juegos costosísimos a los niños a un precio también alto.

 

“El costo es ‘toma este juego y me desentiendo de ti, toma este juego y no me comunico contigo, no hablo contigo, no interactúo contigo’, además de que comprar el juguete los ha llevado tal vez a contraer deudas económicas”. 

 

Es el tiempo


Directora del centro de terapia que lleva su nombre, Yris Lara asegura que el juego tecnológico tiene sus méritos y no está en contra de su uso. El problema, señala, es el exceso de tiempo que se le dedica, al punto de que muchos niños comienzan a sufrir de dolores de espalda y de cabeza por este motivo.

 

“El juego tecnológico provoca mucha tensión y estrés. De hecho, todos los niños que vienen a consulta tienen tensión en los hombros, en toda la articulación clavicular y en la espalda”. ¿Qué beneficios, en cambio, les ofrecen los juegos tradicionales?

 

Los juegos y la maduración neurológica

 

Pese a que el juego tecnológico ha sacado del mundo infantil los juegos de interacción y socialización, Yris Lara confía en que volverán a tener el protagonismo que se merecen cuando padres y tutores comprendan la importancia que tienen los juegos infantiles tradicionales en la maduración neurológica y en el aprendizaje de los niños.

 

¿Sabía, por ejemplo, que el juego del trúcamelo es idóneo para trabajar la concentración y el uso de la mano dominante?

 

“El niño tiene que saber, entre los tres y cuatro años (a más tardar a los cuatro), que es zurdo o es diestro, porque si no caería en ambitorpe, un niño que utiliza las dos manos indiferenciadamente, o sea, con incoordinación; y será un niño que tendrá problemas de madurez, del lenguaje y de aprendizaje, que va a invertir las letras, a escribir comiéndose las letras, y que tendrá dificultad para leer”, sostiene Lara, especialista en rehabilitación, audiología y aprendizaje. 

 

¿Y qué es la maduración neurológica?


“En un lenguaje sencillo, significa que el cerebro tiene funciones específicas en sus hemisferios izquierdo y derecho que mantienen un equilibrio en relación con el flujo de la sangre, el movimiento y  la coordinación”, explica Lara.

 

Mientras el hemisferio izquierdo coordina lo motor (el lenguaje, la escritura y la lógica), el derecho tiene que ver con lo artístico y lo emocional.

 

El objetivo de los juegos tradicionales es ayudar a que los niños maduren sus hemisferios cerebrales.

 

A modo de prueba, Lara aconseja a los padres y tutores realizar un pequeño ejercicio de cruzado: pedirle al niño que toque con su mano derecha el hombro izquierdo, y con su mano izquierda el hombro derecho; y repetir estos movimientos con las orejas, los codos y las rodillas.

 

“Es una pruebita llamada ‘cruce de línea media’ en el área neurológica. Aunque se ven sencillos, si el niño no puede realizar estos ejercicios significa que hay que trabajar con él”, porque este niño posiblemente presentará problemas al hablar y al escribir las letras p, b, q y d; o escribirá los números 7, 5 y 3 al revés.

 

“Tenemos cantidad de niños con esa situación. Pero al trabajarles con esta pruebita (le enseñamos a los padres cómo hacerlo para que lo hagan en casa), si el niño iba a tardar un año o dos en terapia sólo se pasará seis meses; y se irá hablando bien, leyendo y escribiendo”.

 

Lara señala que es importante que el niño maneje el cruce de líneas porque si no el cerebro entra en conflicto, pues así como es importante que el pequeño tenga madurez para decir estoy contento o triste, también lo es que tenga las palabras con que decirlas.

 

“Cuando un niño no tiene madurez en sus hemisferios cerebrales suele tener un vocabulario muy pobre y deficiencias auditivas. Estos ejercicios, que son un montón, también hacen que el niño tenga madurez auditiva y hasta un oído preferencial”.


BENEFICIOS DE LOS JUEGOS TRADICIONALES


Practicar estos juegos tradicionales, dice Lara, les garantiza a los padres que tendrán un niño concentrado, preparado para aprender a leer y escribir  y con una mejor maduración en el lenguaje, para socializar con las demás personas y para abordar situaciones de la vida diaria.

 

“El niño que domina estos juegos es capaz de servirse un agua bien coordinada, destapar botellas, cambiarse su ropa solo, ponerse los zapatos y los cordones y hacer una vida más independiente”.

 

Estos juegos, además, levantan la defensa del sistema inmunológico de los infantes.

 

 

Sección: Noticias
Publicada: Julio 22, 2014
Fuente: Listin Diario
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