Lo estás haciendo mal... Ejercicios de relajación.

Te decimos lo que estás haciendo mal en estos ejercicios de relajación para que lo corrijas y descanses de una vez por todas.
Seguramente te ha pasado que has tenido una semana muy pesada y decides tomarte un día para relajarte y poder descansar. Sin embargo, después de tu tan esperado día de relajación descubres que sigues igual de cansado, ¿por qué? Si después de relajarte te sientes muy cansado, es posible que no te estés relajando tan bien como pensabas.
Hay algunos errores comunes que cometen las personas a la hora de relajarse que evitan la relajación completa. ¿Quieres saber cuáles son estos errores? No te despegas del celular Te estás relajando pero estás pegado a tu celular, viendo mensajes, noticias, páginas de internet, hablando por teléfono, etc. Para poder relajar tu cuerpo y cerebro, necesitas desconectarte de todos esos aparatos. No puedes relajarte mientras estás actualizando tu línea del tiempo en Twitter o Facebook. Aunque sea por una hora, pon tu celular en silencio y aléjalo de ti. Así podrás estar más tranquilo y no tendrás la tentación de checar el celular a cada rato.
En un estudio se mostró que las personas checan su celular aproximadamente cada 6 minutos. ¡Es demasiado! No estás en silencio Muchas veces lo que necesitas es estar en completo silencio para entrar en un estado de relajación completo. Cuántas veces no nos intentamos relajar escuchando música, pero no siempre es lo que necesitas. Muchos estudios han comprobado que el silencio puede ser increíblemente terapéutico. Dale una oportunidad al silencio y deja tu reproductor de música a un lado.
Lees en tu tableta Leer ciertamente puede ser terapéutico, pero no cuando lo hacer a través de una pantalla.La luz tan intensa de la pantalla, no te permite relajarte. Hay algunos estudios que comprueban qu e la luz azul de las pantallas puede perturbar nuestros ojos, por lo que leer de esta forma es todo menos relajante. Regresa a leer libros en papel cuando necesites relajarte.
Así sí te prepararás para despejar tu mente sin dañar tu vista. Piensas demasiado en relajarte Quieres que tu momento de relajación sea tan perfecto, que en vez de estar relajado, terminas estresándote por lo que te hace falta para relajarte. Por ejemplo, puede que tengas en mente un baño relajante, pero resulta que en ese momento se acabó el agua y en vez de relajarte, terminas enojado y estresado. Eso es lo que debes controlar.
No te idealices en una manera específica de relajarte, mejor piensa sólo en cosas positivas y deja que la relajación se dé. Entre más forzado seas, menos relajado estarás.
